El árbol y la sequía

En estos días hemos estado lidiando con cinco plagas juntas y ojalá no lleguen a ser diez: coronavirus, humo de Duquesa, sequía, polvo del Sahara y la política. Son tantos los apremios simultáneos que era obvio que el martes pasara inadvertido el Día Nacional del Árbol, aunque no hubiera costado mucho esfuerzo que en forma simbólica se plantara un árbol o se realizara un acto oficial para motivar al dominicano, indiferente en apariencia al rescate y reforestación de nuestros bosques. Esa es una apuesta vital de cara al futuro y para la supervivencia de la nación, como lo es también preservar el agua potable, un recurso siempre escaso del que hay que hacer uso razonable en toda circunstancia; no solo cuando hay sequía.