El pasajero es una carga

El transporte público de Santo Domingo es apenas un reflejo de la brutal indiferencia con la que es tratado el trabajador de a pie, que tiene que pagar un pasaje para ser llevado como un paquete, en “chatarras” sucias y destartaladas, sometido al trato descomedido de choferes y cobradores maleducados, que amontonan a las personas a los gritos. Cada vez que se habla de reorganizar o de activar controles, se escuchan las voces de los gremialistas empresarios y de otros expertos, pero el pasajero jamás tiene representación en esa mesa, pese a que es el que sostiene ese sistema con el dinero que le cuesta viajar de a dos en un asiento individual o de a cuatro en la parte trasera. (Colaboración de Santiago Almada).