Hay almas que salvar

Entre políticos hay en estos días un coro de alabanza y adoración, con todo y que pocos son creyentes pues su religión es lograr, a como dé lugar, un puesto electivo: “Estamos en campaña porque hay almas que salvar/ almas que salvar/ enfermos que sanar”. La campaña adelantada y el excesivo laborantismo, propician que sean la política y los políticos los que predominen en la agenda nacional. Pero aunque mucha gente se rasgue las vestiduras y no lo reconozca, hay que señalar que a esa preponderancia de la política contribuye que la economía, por su estabilidad, no es tema de polémicas ni de debates, al punto de que el FMI vino y se fue tan campante como el whisky aquél, lo que debiera preocupar a los políticos opositores.