Institucionalidad en la JCE, CC y TSE

Los que han puesto de moda el término “institucionalidad”, y lo hacen sinónimo de gente honrada y sin filiación política que iría a la JCE, a la Cámara de Cuentas y al TSE, simplifican su alcance, porque no es un problema de personas y tampoco se puede segregar a una entidad, como isla aparte, y pensar que por eso se asumirían, de manera automática, atributos consustanciales al desarrollo institucional como eficiencia, orden, seguridad y estabilidad. Ese oasis de impolutos que se pretende es una tomadura de pelo en un país sin instituciones sólidas. Es una gran mentira, porque no es una cuestión de voluntades, vender la idea de que una institución del aparato estatal funcionaría bien según quién sea el que la dirija.