JCE, la ley y el “bajadero”

El hecho de que la Junta Central Electoral toque puertas de despachos gubernamentales para que partidos que celebrarán primarias eludan lo que ordena la ley, constituye un grave desliz que empaña la imagen de los hombres y mujeres que la dirigen, a la vez que envía el mensaje negativo de que en la aplicación de las leyes hay distingos y que se cuenta con “bajaderos”. Es un mal ejemplo que mella la credibilidad de la JCE, porque una de las más graves enfermedades que afectan a la institucionalidad del país, es que disponemos de leyes que lo abarcan casi todo, pero que se incumplen y tampoco hay voluntad para hacerlas cumplir. A Castaños Guzmán le digo con Montesquieu: “La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie”.