La ADP y el alcohol
La parte sana de la sociedad probó ayer dos tragos amargos por la celebración con paros por parte de la ADP de las malas notas de los docentes en las pruebas PISA, y por el levantamiento a la restricción de horarios para el expendio de alcohol. Lo de la ADP es el colmo del desenfado, de la falta de pudor y la desvergüenza. Es una burla porque en vez de dedicarse a reflexionar por los evidentes rezagos en el sistema educativo, reedita el ausentismo magisterial de las aulas. Y lo de dar riendas sueltas para el expendio de alcohol es un sentido, una medida carente de lógica y de seriedad, una irresponsabilidad de las autoridades. Parece que los valores y la decencia están de rodillas y, peor aún, perdiendo el pleito.
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