La oposición juega al azar

Cuando le cayó el rayo a AES y se acrecentó el desabastecimiento, la oposición política cogió de bandera el sistema eléctrico; y si los transportistas amenazan con paros, entonces hace causa común con ellos; si Odebrecht se calienta, es la corrupción, lo mismo que su apoyo circunstancial a marcha verde; en los casos que matan a dos o atracan a alguien de renombre, se casa con la inseguridad. Correr detrás de los acontecimientos expresa incoherencia y ausencia de estrategia. Es el opositor del día a día, a la espera de que pase algo, pero sin nada que enamore o haga soñar a la población, ni que toque de manera directa la conciencia del elector, que se mueve por sus expectativas personales y por lo que afecte sus intereses.