La puntería del tránsfuga

Ahora que hay una ola de tránsfugas y al ver que no se quedan en casa ni parten con rumbo desconocido, me llega a la mente el mito del buen pistolero del viejo oeste: donde pone el ojo pone la bala, pues una cualidad del tránsfuga político dominicano es su puntería milimétrica. Va directo donde huela a poder, en eso nunca falla, acompañado de mucha ruindad porque en el caso de los que ahora brincan la tablita del PRD, lo hacen tras haber pasado cuatro años disfrutando de las manos de los que en su huida critican. La Ley Electoral califica al tránsfuga de traidor, pero gusta más el de ingrato de Séneca: “El ingrato es quien niega el beneficio recibido y no lo restituye, pero más ingrato es el que olvida esos beneficios”.