Mundillo de doble moral

Desde que el periodista Cristian Jiménez cerró su programa A Diario debido a “asfixia económica” han pasado varios días, los que he visto transcurrir en espera de alguna reacción del sector dentro de los medios de comunicación que se cree que la verdad es su patrimonio y que no deja espacio, por intolerante, al disenso. Si hubiera sido uno de sus serios, de sus impolutos, la víctima de la “asfixia”, todavía estarían retumbando las imprecaciones en contra del Gobierno. Pero Cristian no es de la comparsa de autosuficientes que manipulan a su antojo, gente de doble rasero que ha instaurado un paredón ante el que aplican la peor de las penas de muerte, la moral, y que han trastocado el informar por opinar y por denigrar.