Odebrecht se fue al 2019

Desde la calle se escuchó un grito cuando el juez instructor reenvió el Caso Odebrecht para finales del mes de enero del 2019, lo que quizá era la apuesta de algunos de los imputados, por las tantas impugnaciones y recusaciones, al tratarse de un año preelectoral y para que el juicio de fondo se ventile al calor de la precampaña. No está mal esa táctica. Así la politización acrecentaría el descreimiento y enrarecería más el ambiente, o tal vez facilitaría entendimientos tras bastidores. A dos años de haber explotado esa bomba, cabe la pregunta: ¿Qué se ha ganado? Poco, pues seguimos en un círculo vicioso, con la anticorrupción contaminada por intereses particulares y liderada por falsos pontificadores sobre moralidad pública.