A Higüey sin tortilla

Los diminutivos están detrás de la formación de muchas palabras nuevas que a fuerza de perpetuarse con su forma sufijada nos hacen olvidar que nacieron de un diminutivo. ¿Quién se acuerda ya de que detrás del bocadillo está el bocado? ¿Y de que detrás de la humilde tortilla está la humilde torta?

Todos hemos probado la versión de huevos cuajados y la versión americana elaborada con trigo o maíz. En los dominicanos la palabra tortilla tiene además una acepción que no he encontrado ni el DLE ni en el Diccionario de americanismos, pero sí, para mi tranquilidad, en nuestro Diccionario del español dominicano. Se trata de la tortilla que se refiere a la provisión que se lleva para alimentarse durante un camino que se prevé largo. Tan largo se hace el camino sin nada que echarse a la boca que entre nosotros existe la expresión llevar a Higüey sin tortilla para referirse a infligir a alguien un duro castigo.

Esta acepción nuestra de tortilla es sinónima del castellano avío, que el DLE define como la ‘provisión que se lleva al hato para alimentarse durante el tiempo que se tarda en volver al pueblo o cortijo’. Son los avíos también las cosas necesarias para hacer algo: los avíos de escribir o los suculentos avíos del puchero. Y como empezamos hablando de orígenes de las palabras, la etimología de avío, según el Diccionario académico, nos lleva al latino vía ‘camino’ y al verbo aviar ‘prevenir o disponer algo para el camino’. Los utensilios de escribir nos alistan para la tarea; los ingredientes del puchero aderezan una sabrosa comida. Estamos aviados cuando tenemos lo necesario para algún fin.

Ya se sabe que no hay nada más largo que un día sin pan, así que, pórtense bien para que no los lleven a Higüey sin tortilla.

@Letra_zeta

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