En casa del herrero

“En casa del herrero, asador de palo” reza el refrán dominicano. Si estuviéramos por tierras españolas oiríamos “En casa del herrero, cuchillo de palo”. Asador o cuchillo pierden su utilidad cuando son de palo, y lucen poco en casa de un herrero.

Un titular de Diario Libre afirma: “Harán campaña para evitar que usuarios financieros sean blancos de estafas”. Dejando de lado la propiedad, o impropiedad, de la aparición del adjetivo financiero aplicado a usuario, que merecería otra de estas Eñes, me llama la atención ese plural en el sustantivo blanco. Se trata sin duda de un intento del que redacta de hacer concordar en número los sustantivos usuario y blanco. En esta expresión, la palabra blanco funciona como sustantivo masculino y se refiere, como define el DEL, a la ‘persona o cosa sobre la que se dispara o a la que se dirige una acción determinada’. ¿Cómo sabemos que se trata del sustantivo blanco y no del adjetivo blanco/a referido al color? Si fuera el adjetivo, tendría que concordar en género; si lo probamos, el resultado disparatado lo descarta: *Las usuarias son blancas de estafas.

Esta expresión está muy lexicalizada en nuestra lengua y el sustantivo blanco se mantiene invariable como atributo aunque el sujeto de la frase cambie de número o de género: El diccionario es blanco de las críticas/Los diccionarios son blanco de las críticas/La gramática es blanco de las críticas/Las gramáticas son blanco de las críticas. En el titular que hoy nos ocupa los usuarios están considerados no individualmente, sino como un colectivo al que se dirige una acción determinada, en este caso las estafas.

Los que somos herreros de la lengua debemos cuidarnos de que las herramientas con las que trabajamos en nuestra propia casa estén bien afiladas; en caso contrario, nuestro asador puede acabar cogiendo fuego.

@Letra_zeta

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