Amanda Seyfried pasa de vivir en una granja a ser posible nominada al Oscar

El nombre de la actriz Amanda Seyfried, de 35 años, suena como candidata al Óscar por su papel en la última película de David Fincher

La actriz estadounidense Amanda Seyfried posa durante la presentación del thriller futurista In Time en noviembre de 2011.EFE/JENS KALAENE

Amanda Seyfried se ha convertido, desde el estreno de “Mank”, la última película de David Fincher, en una de las favoritas para la temporada de premios.

En ella, Seyfried interpreta a Marion Davis, una estrella de Hollywood que sobrevivió al fin del cine mudo, y es productora y mujer de negocios.

Antes de volver a meterse al público y a la crítica en el bolsillo, Seyfried necesitó alejarse de Hollywood.

Amanda Michelle Seyfried nació y creció en Allentown, en Pensilvania, EEUU en 1985, fruto del matrimonio entre una terapeuta ocupacional y un farmacéutico.

Su padre era amante del cine y, según publicó recientemente The New York Times, la enganchó en el amor por el séptimo arte con comedias y clásicos como “Nosferatu”.

Protagonista de "Mamma mía" con Meryl Streep

En 2016, cuando volvieron a rodar juntos, los dos estaban solteros. A partir de ahí, la prensa comenzó a emparejarlos. En septiembre de ese mismo año, se dio a conocer la noticia de que estaban prometidos y poco después que Seyfried estaba embarazada de su primer hijo.

En marzo de 2017, poco antes de que naciese su hija, Sadoski reveló que se habían casado en secreto. En septiembre de 2020, dieron la bienvenida a su segundo hijo, un niño.

Cinco meses antes de que su primer vástago viniese al mundo, Seyfried habló abiertamente sobre su enfermedad mental en una entrevista con Allure. La actriz padece un trastorno obsesivo compulsivo desde la adolescencia. En aquel entonces dijo a la revista que tomaba medicación desde los 19 años.

“Una enfermedad mental es algo que la gente mete en una categoría distinta de otras enfermedades, pero yo no creo que lo sea”, dijo. “Debería ser tomada en serio como las otras”, aseguró, alegando que no es una condición que se vea, como un quiste, pero que está ahí.

Con la llegada de su primera hija, Nina, en 2017, su trastorno mejoró, según dijo más tarde a la revista Elle. “Me preparé antes de tenerla volviendo a la terapia cognitivo-conductual, solo para entrar en ese estado de ánimo y notar cuándo mi TOC podría estar empeorando”, aseveró Seyfried.

“Pero resulta que estás demasiado ocupado con otras cosas de todos modos. Definitivamente no lo anuló, pero se volvió más silencioso”, añadió la artista. Seyfried también ha dejado ver su lado político y reivindicativo.

En diferentes ocasiones ha mostrado su desagrado hacia la política de los republicanos y no ha dudado en hablar de la brecha salarial entre hombres y mujeres, así como en denunciar el sexismo dentro y fuera del cine. Asimismo, colabora con diferentes causas benéficas.

Por Manuel Noriega. EFE/REPORTAJES

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