Beckmann y su historia de exilio en el Museo Thyssen

Quappi con suéter rosa (1932-1934), óleo sobre lienzo. (fuente externa)

Durante una visita guiada los invitados del Banco Popular y demás personalidades dominicanas que se encontraban en Madrid, a propósito de la feria de turismo Fitur 2019, disfrutaron de la exposición “Beckmann. Figuras del exilio”, en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

El recorrido por este icónico museo fue la ocasión perfecta para conocer la obra de Max Beckmann, uno de los artistas más destacados del siglo XX, quien a través de sus pinturas, litografías y esculturas, ofrece una visión apasionante y desgarradora del sufrimiento que vivió, primero durante la Primera Guerra Mundial y luego con el ascenso del fascismo en la década de 1930, cuando es expulsado a Alemania y se le impide exponer sus obras en público, tuvo que vivir refugiado en Ámsterdam y Estados Unidos.

Las vivencias en el exilio de Beckmann impregnaron su obra de ironía, sarcasmo e irreverencia, mostrando sin tapujos el dolor y la soledad que confiere vivir alejado de su hogar.

Bajo la comisariada de Tomás Llorens, la exposición presenta una colección de más de medio centenar de obras que retratan la evolución artística y personal de Beckmann, quien utilizaba su arte como una especie de exorcismo para sacudirse el sufrimiento, pero que también le ayudaba a deleitarse en él.

El color en su obra va cambiando a la par de su sufrimiento. Así lo muestra la exposición que se divide en dos partes, respondiendo a un criterio cronológico. La exposición muestra los trabajos de un joven Beckmann que deseaba continuar con la tradición de la pintura alemana histórica con un lenguaje pictórico moderno. Esto cambiaría tras la Primera Guerra Mundial, en la que sirvió como enfermero, y en la que la tensión y los horrores del frente, le provocaron una profunda crisis nerviosas, que le obligó a abandonar el servicio. Esta experiencia marcaría el resto de su vida e influiría poderosamente en su arte, que evolucionó, de forma radical, hacía el expresionismo.

Tras el ascenso del fascismo en la década de 1930, los nazis, tacharon su pintura como arte degenerado. Sin embargo, eran la sátira y la ironía los verdaderos protagonistas de su obra.

Otra gran inspiración para el artista fue su esposa, Mathilde von Kaulbach, a la que todos llamaban Quappi. Ella fue el fin de su soledad y la musa de 17 retratos y participando en otros 50 cuadros en los que se le puede identificar en varios personajes que aparecen en los diferentes temas de dichos cuadros. Ella le dio sentido a Beckmann y permaneció a su lado hasta el final de su vida.

Temas de Beckmann

La amargura se manifiesta con tintes de tragedia en obras que retrataban a través de metáforas la condición del exiliado. La identidad, el sentido de pérdida y el miedo a la muerte son temas constantes en Beckmann, pero también lo es el carnaval, los artistas ambulantes, los actores de circo y los cabarets.

Sus autorretratos también son parte de su legado, mostrándose como protagonista o víctima de su propia obra, siempre y cuando lo amerite la situación sin ningún pudor.

Entre las obras de la exposición destacan:Máscaras, centrada en la pérdida de identidad que se asocia con la circunstancia del exiliado; Babilonia eléctrica, sobre el vértigo de la ciudad moderna como capital del exilio; El largo adiós, que plantea la equivalencia entre exilio y muerte, y El mar, metáfora del infinito y su seducción.

Nueva vez el Banco Popular une el arte y el turismo durante su participación en Fitur 2019.