Lo efímero de la fama representado en un museo de bragas y calzoncillos

La exposición no se limita únicamente a los "collages" de retratos acompañados de bragas y calzoncillos, sino que también hay un pequeño espacio para ropa interior "real"

Celebridades, todas ellas con los labios pintados de rojo carmesí y un calzoncillo o una braga sobre su cabeza, en el surrealista Museo de la Ropa Interior de Bruselas, del artista y cineasta belga Jan Bucquoy. EFE/Ricardo Ruiz Varo

La reina Fabiola, sobre fondo azul con unas floridas bragas de corte brasileño a modo de corona, junto a la imagen de su marido, el rey Balduino de Bélgica, con un calzoncillo con la bandera pirata sobre su cabeza, dan la bienvenida de honor al surrealista "Museo de la Ropa Interior" de Bruselas.

Frente a los ilustres monarcas, cerca de la puerta de entrada a la exposición, surge el retrato del artista y cineasta belga Jan Bucquoy, quien con un insinuante tanga negro con detalles en rojo cubriéndole su incipiente calvicie, se presenta como el creador de la muestra.

Junto a ellos, aparecen retratadas decenas de celebridades, todas ellas con los labios pintados de rojo carmesí, que van desde futbolistas como Eden Hazard, que posa con unas bragas de estampado florido, hasta activistas, como la joven sueca Greta Thumberg, ataviada con un finísimo tanga color carne a modo de sombrero, pasando por los de Emmanuel Macron, Joe Biden, Andy Warhol, Che Guevara o Kim Jong Un.

"Es divertido, pero también hay algo detrás", explica a Efe el artista, quien invita al público a disfrutar de la exposición y reflexionar para captar el “revolucionario” mensaje que esconde: "hay que ser humilde".

LA FAMA ES EFÍMERA

"Cualquier persona, por muy grande, inteligente o famosa que sea, si la imaginas en ropa interior, es igual que el resto de la sociedad", argumenta Bucquoy, delante de una serie de retratos de personalidades que hoy son famosas, pero que mañana pueden dejar de serlo.

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