Manuel Núñez: una fusión con Haití implicaría un retroceso para la República Dominicana

El intelectual analiza las consecuencias de la pérdida de la autodeterminación nacional en su nuevo libro “La autodestrucción, la descomposición de la sociedad dominicana”

SANTO DOMINGO. Manuel Núñez, reconocido intelectual y polemista, pondrá en circulación este jueves 24 de agosto el libro “La autodestrucción, la descomposición de la sociedad dominicana”, en el que él se pregunta si la República Dominicana podrá sobrevivir sin el control de sus fronteras y sin un proyecto de nación que proteja la autodeterminación.

El libro será puesto en circulación a las 7:30 p.m., en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, en Santo Domingo. El panel de presentación estará integrado por el exdiputado y exministro Pelegrín Castillo, el contralmirante Homero L. Lajara Solá, el mayor general Antonio Jáquez López y el economista y profesor universitario Osvaldo Montalvo Cossío.

A propósito de la publicación de la obra, que de seguro producirá debates, tal como aconteció con su reconocido libro “El ocaso de la nación dominicana”, Diario Libre ha entrevistado a Núñez sobre varias de sus tesis.

¿Por qué una generación de gobernantes y políticos, con gran vocación de poder, no tiene claro un proyecto de nación en defensa del interés dominicano?

Yo creo que estamos ante el abandono de la nación, ante todo lo que son sus atributos, ante el abandono de todo lo que es su continuidad histórica, en pro de acomodarse al intervencionismo internacional. Nuestros políticos creen que su bienestar, que las posibilidades de lograr su permanencia en el poder están ligadas a complacer intereses extranjeros, y desde luego esos intereses han fracasado radicalmente en Haití.

Toda la zona guest, todos los organismos internacionales, la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití), la ONU (Organización de las Naciones Unidas), la OEA (Organización de Estados Americanos) y la Unión Europea han fracasado radicalmente en recuperar un estado fallido. Lo que han hecho es traspasarle esa responsabilidad a la República Dominicana. Nuestros políticos, en vez de defender el territorio, en vez de defender los atributos del Estado, que son la población, el territorio, el gobierno y la representación internacional del país, lo han abandonado creyendo que con ello se preservan como grupo de poder respecto al futuro.

¿Qué le responde a los que censuran su postura crítica respecto a la relación dominico-haitiana por el color de su piel?

Ser haitiano y negro no es la misma cosa. En la República Dominicana, ser dominicano es más que ser negro, más que ser mulato y más que ser blanco. En África hay muchos negros y no son haitianos. De hecho, en una época en que los haitianos emigraban a África, en los años 70, había una ola de médicos haitianos que iban a África diciendo que ellos eran negros. Les decían pero usted no es senegalés, váyase de aquí. Usted no puede quitarle el empleo a un senegalés.

La negritud no une a nadie con nadie. O sea en el mundo de raza negra, hay 52 estados y algunos se odian entre sí. En el de la raza blanca hay menos estados. Pero bueno, esto quiere decir que el hecho de que alguien sea negro no lo acerca ni lo aleja de Haití. Eso no tiene ningún sentido. El dominicano es mucho más que eso.

Ahora, entre los haitianos sí se ha aplicado una política racial, porque ellos en su historia hicieron la matanza de blancos durante su independencia. Luego han hecho varias matanzas de mulatos. La última gran matanza fue en el año 57, reseñada por el padre el poeta Jacques Viau Renaud, Alfred Viau, en el libro “Sangre nada más que sangre”, donde él cuenta cómo ese germen ha destruido ese país, el germen del odio racial.

Yo creo que a la República Dominicana, y lo digo para las personas que han usado ese argumento, no le conviene importar los prejuicios raciales que han destruido la convivencia haitiana. Yo no creo que sea el tema. El tema no es la negritud. Yo creo que ellos han querido destruir el país fomentando el odio racial, porque de hecho, durante la independencia, los haitianos quisieron dividir el movimiento independentista diciendo que era una obra de los blanquitos. Por eso Duarte colocó a Sánchez como jefe del movimiento. No lo lograron. Lo están logrando ahora porque hay gente confundida y no sabe qué es, si es negro o es dominicano.

Otra crítica que se le hace a usted es que el tema haitiano lo obsesiona, que siempre escribe sobre lo mismo. No creo que sea un tema obsesivo. La República Dominicana quizás sea mi obsesión, pero la República Dominicana para muchos dominicanos es una ficción. (Juan Isidro) Jimenes Grullón dijo que era una ficción, que no existía. Américo Lugo dijo que esto no era una nación en algún momento, y hubo un sociólogo que invitó Leonel Fernández, Alain Touraine, que después de haber acogido la hospitalidad del pueblo dominicano tuvo el tupé de decir que nosotros no existíamos.

Yo creo que, en pro de la existencia del ser que somos, la República Dominicana merece el esfuerzo que yo he hecho y mucho más. Yo no creo que sea el único. Yo creo que ha habido mucha gente, desde (Manuel Arturo) Peña Batlle que ha tenido un pensamiento nacionalista y que ha entendido que la República Dominicana es un equilibro. Un equilibro de las culturas, de las poblaciones, de las economías, de las lenguas, porque nacimos unidos al país del cual nos libertamos. Y naturalmente para mantener la independencia de 1844, que es el acto más importante que hemos producido los dominicanos, porque si no lo hubiéramos hecho fuéramos como Haití, el país más pobre del continente... No somos como Haití, porque nos independizamos. Para mantener eso es menester que haya un deseo de independencia, un deseo de diferenciación. Yo he luchado porque ese deseo de independencia, de lealtad al esfuerzo de los hombres que nos libertaron después de 12 años de guerra con Haití, se mantenga.

Yo creo que esa lealtad debe ser la base del desarrollo de los dominicanos. Si la República Dominicana renuncia a ella podrá ser cualquier cosa, pero no será ya la República Dominicana.