Hablando con el pediatra.

Quantiferon TB gold y tuberculosis

La tuberculosis es producida por un bacilo, el Mycobacterium Tuberculosis, que se transmite la mayoría de las veces por el pflugge o gotitas de saliva de una persona enferma a otra sana. Se estima, que por cada cien personas expuestas al Mycobacterium tuberculosis, la mitad se va a infectar, y cada persona infectada, es un enfermo tuberculoso potencial. De ahí, la importancia del control de ésta enfermedad y su diagnóstico correcto y a tiempo.

La PPD o prueba de la tuberculina (Derivado Proteico Purificado), ha sido la técnica habitual para el diagnóstico de esta infección y desde que se introdujo en el año 1890, es algo de lo que más se ha escrito y que mayores controversias ha suscitado. La persona infectada con el bacilo tuberculoso reacciona de una manera retardada a la prueba de la tuberculina 48 a 72 horas después con una induración en la zona de la inyección. Pero como la PPD está constituida con antígenos que no son exclusivos del Mycobacterium tuberculosis, muchas veces es responsable de falsos positivos y falsos negativos.

En los últimos años, se han producido y aprobado nuevos métodos diagnósticos basados en la respuesta inmune celular. Estas pruebas, se conocen en la literatura anglosajona como IGRA (Interferon G Release Assays) que detectan la liberación de Interferon g en respuesta a antígenos micobacterianos. La prueba de Quantiferon TB gold ha demostrado, ser más específica y sensible, y capaz de discriminar una infección tuberculosa reciente. Y, es posible, que en pocos años la vieja prueba de la tuberculina sea solo un recuerdo en la memoria de los profesionales que investigan y tratan a personas con o sospechosas de tuberculosis.

(continuará).