"Mi nombre es Khan y no soy terrorista"

My name is Khan, protagonizada por Sharukh Khan, combina discapacidad, romance, tragedia, religión y política. FUENTE EXTERNA

SANTO DOMINGO. El cine de la India tiene particulares características. Entre las más evidentes están lo extenso de sus relatos - muchas películas se exhiben con intermedios - y la preeminencia del melodrama, forma narrativa que recurre a canciones para enfatizar los sentimientos de los personajes, buscando la emoción lacrimógena en el espectador.

Desde hace al menos dos décadas, el cine de este país busca mercado fuera de sus fronteras y lo hace con sus propias armas, lo cual ha tenido dudosos resultados.

Si bien el espectador occidental, y sobre todo el de origen latino, también gusta del melodrama, hay ciertos límites que se respetan, pero al parecer los productores de Bollywood los desconocen. Buen ejemplo de lo indicado es esta película que combina discapacidad, romance, tragedia, religión y política.

Desde la diferencia

Rizwan Khan es un indio de la zona de Mumbai y su familia es musulmana. Rizwan es un autista que padece síndrome de Asperger, rara condición de salud que presenta limitaciones motrices pero gran capacidad mental.

Criado con dedicación y cariño por su madre, aprende a relacionarse con su mundo cercano, tensionado por la violencia religiosa. Tras el fallecimiento de ésta, Rizwan emigra a los EE.UU. para ayudar a su hermano menor en el comercio que ha establecido en la ciudad de Los Ángeles. Convertido en vendedor de productos de belleza, conoce a Mandira, joven y bella peluquera con la cual se casa.

Pero el mundo de felicidad que han construido se derrumba junto con las Torres Gemelas. El terrorismo cambia el panorama, el clima hacia los extranjeros practicantes del Islam se torna agresivo. La violencia les toca cuando un amigo y vecino periodista muere en Afganistán, lo cual redundará en el asesinato de Sam, hijo de Mandira. Rizwan Kahn no sólo es diferente, ahora es visto como una amenaza.

Dos historias

En el relato claramente hay dos historias, la de Rizwan y Mandira, que tiene todos los elementos de una comedia romántica, y la de un musulmán en tierra hostil, que tiene ribetes de espionaje y política. Cierto es que en términos argumentales el guión se sustenta plenamente y todo resulta lógico, pero ambas historias no cuajan del todo. La historia romántica tiene excelentes momentos en los cuales lucen los talentos de Kajol como Mandira y de Shahrukh Khan, el actor a cargo del rol protagónico, cuyo desempeño está a la altura de su principal referente, Dustin Hoffman en "Rain man" (1988).

Buena dirección

En general, "My name is Khan" es un filme bien dirigido, con escenas de gran complejidad resueltas de modo acertado; nada raro si consideramos la gran experiencia del director en su país de origen. Destacan además el vestuario y en especial el maquillaje, toda una clase de este tipo de artesanía.

Los problemas del filme devienen de lo ambicioso del proyecto y de su forma melodramática, que puede llegar a empalagar al más fanático orientalista. La mixtura entre el romance y la reivindicación a la libertad de culto es toda una hazaña narrativa, pero pocas veces hemos visto que la forma traicione al contenido como en esta producción.

Recomendable para conocer el cine de la India actual y su gran capacidad de producción; para saber de las dificultades que enfrentan musulmanes, hindúes y otras religiones en los Estados Unidos. También para comprobar lo que dice el refrán: es bueno el cilantro, pero no tanto.

Ficha Técnica

My Name Is Khan. India, 2010

Dirección: Karan Johar  Guión: Shibani Bathija   

Música: Shankar Mahadevan, Loy Mendonsa, Ehsaan Noorani

Fotografía: Ravi K. Chandran

Intérpretes: Shahrukh Khan, Kajol, Shane Harper, Pallavi Sharda, Sonya Jehan, Zarina Wahab