Falleció el músico y escritor Jacinto Gimbernard Pellerano

Sus restos serán cremados

Jacinto Gimbernard, en foto reciente de DL (Severo Rivera)

SANTO DOMINGO. Ayer 24 de mayo, a las 7:00 de la noche, falleció en su domicilio el destacado músico y escritor dominicano Jacinto Gimbernard Pellerano, quien durante años se desempeñara al frente de la Fundación Corripio. Sus restos serán cremados y aún se desconocen más detalles.

Gimbernard falleció de causas naturales, a los 85 años de edad. Según su yerno, el destacado galerista Lyle O. Reitzel, en conversación con Diario Libre, lo único que lo aquejaba físicamente era la artrosis. Hace tres años había perdido a su compañera de toda la vida, la pianista Miriam Ariza y fue algo que tampoco pudo superar.

Hace apenas 22 días, Diario Libre publicó una entrevista con el maestro Gimbernard realizada por el subeditor Severo Rivera, la cual quizás haya sido su última entrevista a un periódico.

En la misma, Gimbernard afirmó que había ingresado en la Orquesta Sinfónica Nacional como violinista cuando tenía tan solo 13 años de edad... Al rememorar la experiencia cuando fue acogido en la institución musical que hoy dirige el maestro José Antonio Molina, aseguró desde que pisó la sala de ensayos recibió el rechazo de viejos robles quienes pensaron no tenía la capacidad para estar allí.

Años más tarde, recordó, los que tenían ese criterio tuvieron que tragarse sus comentarios, pues un funcionario de la embajada norteamericana acreditada en el país lo convenció para que se trasladara a Estados Unidos. Allí audicionó y fue contratado de la Sinfónica de Dallas donde se convirtió en el primer violín de la misma, así como en la de Cincinnati y Konzertmeister de la Sinfónica de Hannover, Alemania.

“No había sucedido que un jovencito con 13 años entrará a la Orquesta Sinfónica Nacional. Fue un precedente..., mi agresividad como violinista se impuso y los errores que yo cometía eran los que me promovían porque siempre fui un revolucionario. Nunca tuve miedo, no me recostaba de nadie para entrar en el compás indicado”, reseñó al mostrar una que otras fotos de su exitoso pasado en la escena.

De su viaje por la música, la literatura y la diplomacia se sentía muy feliz del reconocimiento que logró aquí y en el exterior. “Le dí la vuelta al mundo en la gira más larga que se ha hecho con una la Sinfónica de Cincinnati de Estados Unidos. Su talento recibió el reconocimiento por su talento y versatilidad. Su cotización creció y a partir de ese momento su vida en la música clásica le trajo nuevos colores a su existencia.

Su pasión por la música clásica no lo alejó de la escritura. Una de sus más de 10 obras, Historia de Santo Domingo editada en 1966, se convirtió en libro de texto para la enseñanza.

A pocos meses de cumplir sus 86 años, el laureado maestro de la música e intelectual comentó que su tránsito por la música siempre lo retó.

En Estados Unidos duró más de dos años. Luego retorna al país y ocupa su posición como concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional, institución que llegó a dirigir desde 1980 a 1984.

Un capítulo importante de la vida del artista es el que asumió como embajador de la República Dominicana en Francia, posición que ocupó luego de ser agregado cultural en Inglaterra. Su experiencia por el mundo la plasmó en su libro Narraciones de vuelta al mundo que publicó el Banco Central.

Su entrañable amigo, el maestro Julio De Windt define el desempeño de Gimbernard como estelar. “De gran calidad humana y extraordinario músico. Fue quien inauguró el Palacio de Bellas Artes en la década de los años 1950. En el extranjero elevó el nombre de nuestro país”, dijo.

Entre las obras literarias del maestro Gimbernard se encuentran:

Historia de Santo Domingo, 1966

La identidad del hombre, 1968

Acción y presencia del mal, 1974

Trujillo, Estudio histórico, 1976

Medalaganario, 1980

Siete historias de divorcio, 1981

Educación musical, 1982

Las Rutas del arte musical, 1995

Rutas de la cultura universal, 1997

Treinta relatos sinfónicos, 2000

Narraciones de la vuelta al mundo, 2000

Los Grau, 2005

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