"Para mí, el violín es como una extensión de mi cuerpo"

Joshua Bell con su Stradivarius.

SANTO DOMINGO. Joshua Bell es uno de los violinistas más populares de hoy día. Tiene un Oscar a su favor, por la banda sonora de "El violín rojo", y un Stradivarius de 10 millones de dólares. Fue el centro del experimento realizado por The Washington Post, después de un importante concierto suyo en la Biblioteca del Congreso, donde las entradas costaban más de US$100; el cual repitió, tres semanas después, en la entrada de una muy concurrida estación del metro, con una gorra, pasando de incógnito, hasta que una hora y veinte minutos después lo reconoció una mujer. Había recaudado casi 38 dólares, y sólo cuatro personas se habían detenido a escucharle durante ese tiempo.

Bell interpretó la noche del miércoles el Concierto No. 1 para violín y orquesta de M. Bruch, en el Teatro Nacional Eduardo Brito, como parte del Festival Musical de Santo Domingo. DL conversó con él durante el ensayo.

P: ¿Cómo Ud. se prepara cotidianamente?, ¿qué tiempo dedica a estudiar, a los ensayos?

R: Es muy difícil lograr un balance en mi vida, porque toco muchos, muchos conciertos al año. Imagina que toco unos 150 conciertos al año, y eso es demasiado. Además, ahora soy director musical de la "Academy of St. Martin in the Fields". Vivo en Nueva York, y es muy difícil encontrar un equilibrio, pero me gusta hacer todo lo que pueda hacer. La vida es corta, así que quiero hacer de todo.

P: ¿Con la experiencia de "El violín rojo", le quedaron deseos de hacer música para cine?

R: A veces me gustaría. esto no ocupa el primer lugar de mi vida, pero amo el cine. De hecho, "El violín rojo" fue un proyecto muy especial para mí. Y cuando me sea posible me gustaría volver al cine. Tocar en un filme.

Me gustaría tocar con artistas de la música no clásica, haciendo colaboraciones. Es que quiero lograr grandes audiencias. La música clásica necesita de las grandes masas.

P: Si hubiese podido seleccionar su instrumento cuando niño, y no el violín que le impusieron sus padres, ¿cuál hubiese escogido?

R: Es imposible imaginarlo, porque para mí el violín es como una extensión de mi cuerpo. En buena lid, no tengo respuesta. Para mí, el violín es 100 x 100 mi instrumento.

P: ¿Cuál es su época favorita, su compositor favorito?

R: Amo la música temprana romántica: Schubert, Mendelssohn, Beethoven. Mi período favorito es entre el clasicismo y el romanticismo. Pero amo también otros como Bach, Prokófiev, todos son grandes.

P: Su Stradivarius, conocido como el Gibson ex Hubermann, según leyendas urbanas costaba 3,5 millones de dólares...

R: ¡Eso es muy poco! Ahora cuesta 10. Es un gran violín y eso es normal. Hoy no toco con el Gibson. Hoy toco otro que igualmente vale 10 millones de dólares.

P: ¿Cómo seleccionó este instrumento?

R: Alguna persona me habló de él, es como cuando vas a conocer a tu futura mujer. La conoces en una reunión inicial, luego se empiezan a conocer, a relacionar, se establece la química, la conexión. Es algo que ocurre una sola vez en la vida.

P: ¿Cómo Ud. ha recibido el éxito? ¿Estaba preparado para la fama?

R: ¡Oh, yo no soy famoso! Tengo algo de fama, apenas en una pequeña parte del pueblo. Pero lo gozo; lo gozo porque toco, y me gusta tocar para grandes audiencias. No es bueno tocar para apenas tres personas en un gran teatro. ¡No puedo tener la fama de Brad Pitt, pero para mí está bien una pequeña fama!

P: ¿Cuáles son sus expectativas con el público dominicano?

R: Es la primera vez que vengo. El Concierto de Bruch es muy fácil de querer. En otras ocasiones haré otros autores. Porque quiero regresar, este es un gran pueblo.

P: ¿Cómo se sintió después del experimento del Washington Post?

R: Sociológicamente interesante. No fue una sorpresa para mí. La música necesita una audiencia especial y una conexión especial con la audiencia. Pero en general me gustó. Me permitió vender más CD's después de eso.