Patrimonios intangibles

Los Patrimonios Urbanos Intangibles (están preservados o son destruidos)

Puerta del Conde, en la Ciudad Colonial.
La toma de conciencia de los valores arquitectónicos hizo surgir un área del conocimiento para tratar de preservar y poner en valor los monumentos arquitectónicos que nos había legado el pasado. La dinámica de la sociedad hace que determinadas expresiones arquitectónicas entren en desuso y, como consecuencia, se arrabalicen al perder la función para la cual fueron creadas. Esta observación hizo surgir el área del conocimiento que llamamos restauro y, eventualmente, las oficinas de Patrimonio Cultural que hicieran inventarios y clasificaciones de la herencia arquitectónica.

Surgieron los estudios estructurales para poder salvar estructuras que colapsaron de frente a los desastres naturales, sismos, huracanes, etc. Se estudiaron las terminaciones y se trató, sobre todo, de ripristinar esas unidades a su imagen original buscándole simultáneamente un nuevo uso; de tal manera de unir los intereses del presente con el legado del pasado. La UNESCO declaró estos monumentos como patrimonios tangibles de la humanidad; al mismo tiempo también declara intangibles costumbres, eventos, manifestaciones religiosas, populares, etc. Así tenemos los casos, en República Dominicana, de los Guloyas y la Comunidad del Santo Espíritu de Villa Mella; pero una visión sobre los componentes de la unidad urbano-arquitectónica nos dice que la obra arquitectónica, para poder ser evaluada, necesita de una definición de su espacio circundante. No hacemos nada si preservamos la unidad arquitectónica como un proceso de restauración si simultáneamente no preservamos el espacio urbano del cual ella es una componente, y, en este momento cabe preguntarse, ¿no existe, también, un patrimonio intangible en la estructura urbana arquitectónica de las ciudades?. Pero, ¡oh! ¡Sorpresa! nos dedicamos a la puesta en valor de las unidades, y, con libertad extrema destruimos el entorno que le dio vigencia y expresión a las unidades arquitectónicas a través de una lectura espacial de su entorno urbano.

Antes de seguir adelante pongamos un ejemplo de nuestra ciudad de Santo Domingo. El primer espacio verdaderamente dominicano o Parque Independencia mantenía una armonía con su entorno circundante siendo el elemento testigo, de mayor valor y proporción la Puerta del Conde y su pequeño segmento de murallas.

Con esa escala fueron construidos todos los edificios que cerraban la plaza, llegando un momento cuando el Arquitecto A. Nechodoma hacía el primer diseño y la definición espacial-urbana de lo que fue una plaza abierta, teniendo como punto central la glorieta, hoy destruída en su eje, que unía el primer Altar de la Patria bajo la bóveda de la Puerta del Conde, el kilómetro 0 de la República Dominicana, y su eje central. Dicho espacio fue remodelado en la época del Ex Presidente Doctor Joaquín Balaguer definiendo un monumento siempre manteniendo el eje como el Altar de la Patria y respetando la proporción del baluarte, logrando una integración armónica de proporciones y colores; pero ese PATRIMONIO INTANGIBLE, que era nuestro espacio patrio, fue violentado al permitir la construcción del Canal 15, con una altura desproporcionada y una libertad del uso del color que rompía y rompe toda la armonía cromática del conjunto.

¿Quién le dio derecho a violar ese PATRIMONIO INTANGIBLE que es el espacio del Parque Independencia? ¿Quién le dio derecho a convertir el Altar de la Patria en el portal de su edificio? ¿Quién le dio derecho a pintar en un azul violento para resaltar aún más el rompimiento de este PATRIMONIO INTANGIBLE urbano que ya no lo forma un grupo popular como los Guloyas, sino todos los dominicanos que crecimos y nos formamos a la sombra e imagen de ese espacio urbano?.

Proponemos a la Secretaría de Estado de Cultura, a través de sus oficinas de Patrimonio Cultural, la creación de los PATRIMONIOS INTANGIBLES urbanos, la calificación de ellos y leyes que protejan esa armonía que hemos heredado.