El Central Park de Nueva York, el más famoso del mundo, cumple 60 años como "monumento nacional"

Central Park es un escenario cinematográfico y refugio urbano en Nueva York

Central Park, el pulmón verde en el corazón de Manhattan cumple 60 años. (Fuente externa)

El parque más famoso del mundo gracias al cine "cumple" hoy sesenta años. Hablamos del Central Park de Nueva York, que existe desde 1876 pero que celebra este año el 60 aniversario de su declaración como "Historic Landmark" o monumento histórico, un carácter que garantiza su protección por los siglos de los siglos.

Es casi un milagro que en medio de Manhattan, uno de los lugares más caros de la Tierra y con mayor densidad humana por metro cuadrado, se hayan preservado al abrigo de la codicia inmobiliaria estas 341 hectáreas que suponen el pulmón verde para la Gran Manzana.

Tan asociada está su imagen al cine que todo el mundo ha visto caer las hojas de otoño de alguno de los 18,000 árboles que pueblan el parque, como ha contemplado correr a las 2,500 ardillas que medran por sus suelos o ha asistido a la congelación del lago casi cada invierno.

Parques que mudan con las estaciones los hay en todo el mundo, pero el Central Park tiene algo único: ¿En qué otro lugar conviven un obelisco egipcio de 3.500 años de antigüedad, una boda gay, un cumpleaños de perros y unos incansables imitadores de John Lennon?

Los rascacielos más cotizados

Uno de los mayores atractivos inmobiliarios en Nueva York lo suponen los apartamentos con vistas al Central Park, y no es casualidad que sus cuatro lados estén sembrados de altísimos edificios que ofrecen a sus inquilinos unas vistas de película.

Es la parte sur del parque la que concentra tal vez la cantidad más alta de rascacielos de ultralujo de Nueva York, entre los que cabe citar el Central Park Tower (432 metros de altura), 432 Park Avenue (426 metros) y todos los llamados "rascacielos lapicero" por su extrema delgadez que los convierte en un desafío de ingeniería.

Dicen las malas lenguas que una buena parte de los apartamentos de estos rascacielos de esta "milla de oro" neoyorquina -hay varias más en Manhattan y en Brooklyn- están vacíos por dos razones: primera, porque son incómodos por su extrema exposición al viento y sus complejos sistemas de ascensores, y segunda porque sirven, como si fueran una obra de arte, como vehículo perfecto de especulación financiera antes que nada.

En cualquier caso, son posiblemente los edificios más fotogénicos del planeta: desde la orilla norte del mayor lago del parque, el Jackie Kennedy Reservoir, todos los días se paran los paseantes y los turistas a retratar las aguas calmas del estanque en las que se reflejan la silueta de estos rascacielos hasta convertirse en uno de los perfiles más identificados con Nueva York.

Un espacio democrático

En una ciudad tan elitista como Nueva York, donde las desigualdades son brutales, el Central Park es uno de los espacios más democráticos: cualquiera puede utilizarlo para hacer un picnic entre amigos, pasear a su perro, andar en bicicleta, ir a observar pájaros o hacerse un reportaje fotográfico de bodas.

Un domingo cualquiera el parque se llena de artistas espontáneos -tríos o cuartetos de amigos músicos, dibujantes o caricaturistas que retratan a los paseantes-, de cursos masivos de yoga o "stretching" al aire libre, de bicicletas que pueden circular en un solo sentido y de parejas y familias que navegan por el lago.

Aunque parezca mentira, está prohibido fumar en todo el recinto del parque, pero los consumidores de marihuana lo infringen a diario, como se saltan la prohibición de tomar alcohol: basta "envolver" tu bebida con un discreto papel marrón y no pasa nada. También está prohibido alimentar a la fauna domesticada del parque, pero ¿quién se resiste a dar un poco de maní a las ardillas o migas de pan a peces y tortugas?.

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