Las nuevas reformas de la Casa Blanca: del asfalto al salón de baile dorado
El Despacho Oval también ha sido objeto de renovaciones, incorporando más detalles dorados, característicos del estilo personal del presidente
Las reformas impulsadas por Donald Trump en la Casa Blanca continúan tomando forma, reflejando una visión decorativa alineada con el estilo de su club privado en Florida, Mar-a-Lago, y con las preferencias de su esposa, Melania Trump.
Entre los cambios más destacados se encuentra la construcción de un nuevo y lujoso salón de baile, así como modificaciones en áreas históricas como el Jardín de las Rosas.
A principios de este año, Trump anunció alteraciones en este emblemático espacio, ubicado en el ala oeste y estrechamente vinculado al legado de Jackie Kennedy. Esta zona, tradicionalmente utilizada para actos oficiales, perderá parte de su césped para dar paso a senderos pavimentados, inspirados en el diseño paisajístico de Palm Beach.
El Despacho Oval también ha sido objeto de renovaciones, incorporando más detalles dorados, característicos del estilo personal del presidente. No obstante, el proyecto más ambicioso es el salón de baile de 200 millones de dólares, diseñado por el estudio McCrery Architects, que se construirá en el ala este, donde actualmente se encuentran las oficinas de la primera dama.
Según el medio español El Periódico, la idea de construir un salón de baile en la Casa Blanca no es nueva. Trump ya había manifestado este deseo hace más de una década, y en 2016, durante la administración de Barack Obama, ofreció financiar el proyecto con 100 millones de dólares, propuesta que fue rechazada.
Financiación privada y capacidad ampliada
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que el proyecto será financiado con fondos personales de Trump y de donantes aún no identificados. Las obras comenzarán en septiembre y se espera que estén concluidas "mucho antes" del final del mandato de Trump, en enero de 2029.
El nuevo salón tendrá una superficie de 8,360 metros cuadrados y capacidad para aproximadamente 650 personas sentadas, una mejora significativa frente al Salón Este actual, que solo puede albergar a unas 200 personas.
Este nuevo espacio permitirá prescindir de las carpas temporales que suelen instalarse en el Jardín Sur para grandes recepciones diplomáticas y cenas de Estado.
Un estilo inconfundible
Las imágenes compartidas por la Casa Blanca muestran que el nuevo salón respetará la arquitectura clásica del complejo presidencial, pero con un interior lujoso que incluye columnas ornamentadas, candelabros y abundantes detalles dorados, fieles al estilo característico de Trump.
Con este ambicioso proyecto, el expresidente no solo deja su huella en la residencia presidencial, sino que también cumple un antiguo deseo personal, consolidando su visión de una Casa Blanca más grandiosa, personalizada y a su medida.