Toque de queda

Una serie fotográfica mostrando un Santo Domingo en tiempos de COVID-19

El reloj marcó las 5 de la tarde y los conductores de los pocos vehículos que quedan se apresuran para evitar ser detenidos. El silencio en las calles y avenidas se propaga, mientras la contaminación sónica, típica de las horas pico del tránsito, se va apagando rápidamente.

Llegar de un lugar a otro toma pocos minutos, evidenciado el tiempo robado diariamente por el tapón de la hora pico.

En la Ciudad Colonial sobran parqueos, y la ausencia de las pinturas en El Conde decoloran el ambiente mientras el sol cae lentamente. Solo se escucha el aleteo de las palomas que buscan quien las alimente, mientras los gritos de las pericas, llegando para pasar la noche, retumban entre las viejas paredes de la silenciada Primada de América.

En la Duarte con París no hay buhoneros, guaguas ni carros públicos. Las estatuas del Barrio Chino parecieran, desde la distancia, a quienes desafían las ordenes impuestas para frenar el contagio.

La grandes avenidas lucen desiertas. La 27 y Kennedy parecieran pistas de aterrizaje de un aeropuerto desde la vista del drone, que despega y aterriza en medio de la Máximo Gómez, que cualquier otro día estaría atascada de vehículos.

Marvin del Cid

Guatemalteco con estudios en Ciencias de la Comunicación y amplia experiencia en el campo visual y multimedia. Ha trabajado para varios medios de comunicación en Guatemala y República Dominicana, y sus fotografías han aparecido en importantes publicaciones en diferentes partes del mundo.