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A Grandes Ligas le tomó 11 años recuperar la asistencia tras el último paro

En 2021 bajó la edad promedio de personas que ven los juegos

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A Grandes Ligas le tomó 11 años recuperar la asistencia tras el último paro
La aficionada de los Tigres de Detroit, Genna Perugini, de Melbourne, Florida, sostiene un cartel en el exterior del estadio Roger Dean, donde se desarrollaron las negociaciones entre Major League Baseball y el sindicato de jugadores en un intento por llegar a un acuerdo para salvar los primeros partidos del 31 de marzo y una temporada de 162 juegos, el lunes. 28 de febrero de 2022, en Júpiter, Florida. (AP/LYNNE SLADKY)

El miércoles cuando Mike Trout subió un mensaje en sus redes justificando la lucha sindical y responsabilizando al comisionado Rob Manfred de no negociar de forma justa en el aluvión de mensajes que recibió su muro abundaba la queja de fanáticos que no asimilan cómo entre millonarios y milmillonarios no se ponen de acuerdo.

“Soy el representante de los fans. Queremos un tope de 200 millones para los equipos. Los jugadores solo pueden ganar un máximo de 25 millones al año. De esta manera no tenemos que pagar $10 por un maldito perrito caliente. Sé que no estarás de acuerdo porque no estás negociando por fans, así que deja de incluir a los fans en esto”, le escribió un usuario.

Mientras Manfred anunciaba el martes en Jupiter, Florida, la suspensión de las primeras dos series (91 partidos) afuera un grupo de fanáticos pedían que querían béisbol. Grandes Ligas aseguraba durante 2020 que lo recaudado por la visita de fanáticos a los parques (entre pago de taquillas, parqueos y consumo) representan el 40% de los ingresos de la liga y que jugar a puertas cerradas provocaba pérdida por US$640,000 por partido.

Mientras los propietarios y jugadores de Major League Baseball luchan por un pacto que dé luz verde para comenzar a jugar es difícil no pensar en la última interrupción laboral. La huelga de 1994-95 enfureció a los fanáticos, muchos de los cuales juraron no volver a asistir a un juego.

Tan grande fue el daño percibido que todavía algunos creen que fue necesaria la histórica batalla jonronera entre Mark McGwire y Sammy Sosa para salvar el deporte y recuperar fanáticos.

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Infografía
Una nota en una boletería el domingo 27 de febrero de 2022 en LECOM Park, la casa de entrenamiento de primavera de los Piratas de Pittsburgh, en Bradenton, Florida, informa a los fanáticos que Major League Baseball ha cancelado los juegos de la Grapefruit League al menos hasta el 8 de marzo de 2022. (AP)

La MLB podría terminar afectando su imagen otra vez, alejando a la gente del pasatiempo nacional, en un escenario más complicado que en la última década del siglo pasado, con montones de opciones compitiendo por atraer la atención, sobre todo con las plataformas digitales.

Y perder una de sus grandes conquistas; bajar la edad del público que la ve. En 2021 el promedio de edad de los 3,7 de suscriptores a la plataforma en línea para ver los juegos (MLB.tv) fue de 44 años cuando en 2018 fue de 48 con un incremento de un 37% en el tiempo viendo partidos con relación a 2019 hasta llegar a 7,380 millones de minutos, reveló la liga.

El actual es el noveno paro laboral en la historia de la MLB, tres de los cuales resultaron en juegos perdidos: 1972 (86 juegos), 1981 (712 juegos) y 1994-95 (921 juegos). Si bien la asistencia promedio de la temporada regular se desplomó en esas temporadas más cortas, se recuperó rápido a los niveles previos a la detención, y finalmente superó esos niveles para establecer nuevos récords.

El paro de 1972, la primera huelga de la historia, se libró por jugadores que exigían mayores fondos de pensiones. El paro se limitó a esa temporada y solo se perdieron dos semanas de juegos. La asistencia promedio por partido cayó un 3,7% con respecto al año anterior, pero se recuperó nuevamente la temporada siguiente, aumentando un 6,8% con respecto a los números de 1972 y un 2,9% con relación al curso anterior a la huelga de 1971.

En 1981, el paro abarcó casi dos meses y resultó en una temporada dividida, con MLB volviendo a jugar en el Juego de Estrellas, retrasado hasta agosto y asistido por 72,000 fanáticos en Cleveland. La asistencia durante la temporada disminuyó un 6,8%, pero al año siguiente creció un 11,1% y fue un 3,6% más alta que la temporada de 1980.

Pero el paro que afectó entre 1994-95, que retrasó el inicio de la temporada de 1995 por 23 días, fue otra historia. La estación de 1994 había establecido un récord de asistencia de 31,256 aficionados por partido. Eso se desplomó en un 20% en 1995, y aunque la asistencia aumentó en un 6% en 1996, y creció año tras año en cuatro de las cinco temporadas posteriores, las cifras de 1996 todavía estaban un 15,2% por debajo de la marca de 1994, que fue la más alta.

No fue sino hasta 2006. Pero a pesar de eso, la asistencia se había recuperado a niveles de principios de la década, y 1997, el año antes de que Sosa y McGwire protagonizaran su histórica batalla, vio el tercer promedio más alto registrado en ese momento.

Sin paros laborales o una pandemia de 2020, el béisbol enfrentaba una disminución de asistencia (junto con varios otros deportes). Pero los dólares de transmisión habían llenado la diferencia y algo más: las redes deportivas regionales continuaron publicando fuertes calificaciones en el mercado en 2019.

Los paros laborales anteriores sugieren que MLB probablemente vería un golpe en el corto plazo, pero eventualmente se recuperaría, no así las pérdidas. La historia sugiere que cuando hay juegos, la gente los mira, sin importar cuánto tiempo los hagan esperar los dueños de los equipos y los jugadores.

TEMAS -

Licenciado en Comunicación Social egresado de la universidad O&M. Ejerce como periodista especializado en deportes desde 2001.