Italia aprueba multar con hasta 60,000 euros los actos vandálicos contra el patrimonio

El Parlamento italiano aprobó hoy una ley que impone multas de hasta 60,000 euros y sanciones penales a los responsables de actos vandálicos contra obras de arte, monumentos y bienes del patrimonio cultural. La norma, impulsada por el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, busca combatir especialmente las protestas de los activistas climáticos. La ley recibió 138 votos a favor en la Cámara de Diputados, después de haber sido aprobada por el Senado en julio pasado.

"Hoy es un hermoso día para la cultura italiana y, en particular, para el patrimonio artístico y arquitectónico de la nación", expresó el ministro tras la votación. Con la aprobación definitiva de la nueva ley, "se establece un principio fundamental: a partir de ahora, quien cause daños al patrimonio cultural y paisajístico deberá pagar de su propio bolsillo el costo de la restauración integral de las obras", añadió.

En abril pasado, el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni había adoptado un proyecto de ley llamado "eco-vandalismo", que imponía multas de entre 20,000 y 60,000 euros, además de sanciones penales, a quienes "destruyeran, dispersaran, deterioraran, desfiguraran, pintarrajearan o usaran ilegalmente" bienes culturales, total o parcialmente. La nueva ley también contempla sanciones administrativas de 10,000 a 40,000 euros para aquellos que "desfiguren o deterioren" estos bienes o los destinen "a un uso perjudicial para su conservación" o "incompatible con su carácter histórico o artístico", según el texto divulgado por los medios locales.

El ministro destacó que dañar el arte implica dañar también la naturaleza, ya que algunos lugares o monumentos se han convertido en parte integral de nuestras ciudades debido a la antropización del paisaje. "La tarea del Estado es preservar este recurso único y valioso que tenemos el deber de proteger y custodiar para las generaciones futuras", afirmó.

Los fondos recaudados a través de las multas por actos de ecovandalismo se destinarán al ministerio italiano de Cultura para la restauración del patrimonio. Por ejemplo, los 40,000 euros que costó la restauración de la fachada del Senado tras ser embadurnada con pintura rosa, según la Superintendencia Especial de Roma, deberán ser abonados por los autores, ecologistas de 'Ultima Generazione' (Última Generación), quienes han reivindicado numerosas protestas similares en otras ciudades italianas.

Miembros de este grupo vertieron un tinte negro en la histórica fuente de la Barcaccia de la Plaza España de Roma, construida entre 1626 y 1629, y desplegaron una pancarta en la que exigían dejar de invertir en combustibles fósiles. También arrojaron sopa a un cuadro de Van Gogh en una exposición temporal de Roma, entre otros actos.

EFE

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