¿Faltó alguien al compromiso?
Se debe aclarar si los datos son falsos...
Las encuestas se las dan de señoras respetables, de las que van a misa con blusa manga larga y cubren sus cabezas con mantillas. Aunque siempre aparece quien les saque la lengua. Los precandidatos oficialistas resolvieron un problema que tenían entre todos encargando mediciones a 4 firmas diferentes. Con 4 resultados se convencieron de que Gonzalo era el aspirante que podía tener mejor desempeño en las primarias.
Un hecho grandioso, un descubrimiento único: las encuestas podían solucionar impasses y los interesados superar trances como si fuera consenso. Sin embargo hay un sin embargo. Los acuciosos se quejan de que no se dieran detalles y no solo reclaman esos porcentajes, sino que aseguran tenerlos. Transados y de acuerdo los clientes se olvidaron de esos papeles, aunque se dice que uno se quedó con copias. Vienen pues entonces las sospechas.
¿Circulan los verdaderos o se trata de un allante, una de las tantas noticias falsas que se manejan en estos días con fines políticos y de precampaña? ¿Faltó alguien a la confidencialidad pactada? El escarceo no tendrá consecuencia, pero debiera aclararse para que el infundio no gane calle.