Nathalie Peña Comas y Ramón Vargas en una exquisita gala
El maestro José Antonio Molina se crece al dirigir magistralmente a la Orquesta Sinfónica Nacional en la celebración del aniversario del Teatro Nacional
Severo Rivera
El reconocido tenor mexicano Ramón Vargas y la soprano dominicana Nathalie Peña Comas demostraron porque han ganado fama en escenarios del mundo como intérpretes de música clásica, durante en la gala lírica con la que la dirección del Teatro Nacional celebró el 46 aniversario.
Sin embargo, la brillante actuación de ambos no habría alcanzado el color y la aprobación de los asistentes sin la complicidad de la Orquesta Sinfónica Nacional y la magistral dirección de su titular, José Antonio Molina.
La obertura Le Nozze di Fígaro (Las bodas de Fígaro), música de Wolfangang Amadeus Mozart, abrió el festejo y a partir de ese instante ya se podía anticipar como sería el resto de la noche con la vibrante interpretación de la pieza a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional en la que el maestro Molina dejaba ver su madurez y dominio de la obra.
Nathalie Peña Comas fue recibida con un gran aplauso. La artista que ha hecho carrera en el extranjero y que tiene como residencia en Viena, encandiló a la audiencia a la que dejó satisfecha por su calidad al asumir sus personajes y como intérprete. Su nivel profesional y talento posibilitó una excelente química entre ella y el prestigioso tenor mexicano Ramón Vargas, con el que se unió más adelante.
La presencia como solista de Ramón Vargas acaparó la atención de los melómanos. Los profanos en la música lírica guardaron sus celulares para escuchar y ver el desempeño de una gran celebridad del mundo operístico, el cual pisaba por primera vez la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional Eduardo Brito. Este sedujo al público con su veteranía y talento. Y en su sucesivas intervenciones en solitario o acompañado con Peña Comas continuaron los aplausos.
Las interpretaciones que juntaron en el escenario a Nathalie Peña Comas y a Ramón Vargas no tuvieron desperdicios. “Caro elisir sei mio!:, “Nemorino y Adina”, o en “Osoave fanciulla” como “Rodolfo y Mimí” de La Boheme, así como en “Sinor né princpe..T’amo ripetilo”, como Gida y Duca de Rigoleto o en Brindis: Liabiamos ne’lietic calici como Alfredy y Violeta de La Traviata, le permitieron conectar con la audiencia.
Las obras de Gaetano Donezette, Gioachino Rossini, Giacomo Puccini, Giuseppe Verdi, Gerónimo Giménez, Franz Lehár y Pablo Sorozábal le dieron cuerpo al programa dividido en dos actos, y cuya propuesta estuvo a nivel de la ocasión.
El programa terminaba con gran éxito y en medio de una ovación de pies del público. Sin embargo, Nathalie Peña Comas y Ramón Vargas entonaron una versión sinfónica de la canción mexicana “Cielito Lindo” y “Por Amor”, siendo esta última la que puso fin a una memorable noche a propósito del 46 aniversario de la creación del Teatro Nacional.
Severo RiveraPeriodista. SubEditor de Revista en Diario Libre. Presidente de la Academia Dominicana de Periodistas de Arte y Espectáculos (Adopae)
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