Construcción Teleférico recobra dinamismo; derriban edificaciones

SANTO DOMINGO ESTE. Después de meses de inactividad en algunas partes, las estaciones del Teleférico Santo Domingo recobraron dinamismo en su construcción con la presencia de obreros que derriban y levantan infraestructuras para el sistema de transporte aéreo.

Los golpes estremecedores de las mandarrias llegaron a Los Tres Brazos, donde se construirá la estación II. Ya unas seis edificaciones fueron derribadas, y poco a poco se extiende el área de construcción.

Igual ocurre en el número I, en Gualey, donde se levantan columnas arropadas por maderas, pero en esta parte no se han levantado las torres que servirán de apoyo al cableado que sostendrán las cajas del teleférico.

La estación III, ubicada en Sabana Perdida, es la que más avanzada está. Esta es una especie de matriz del sistema donde está instalada una gran polea que hará mover los cables en dos direcciones.

Es la más grande de las cuatro estaciones, y su infraestructura también está avanzada. Desde los Tres Brazos hasta la avenida Charles de Gaulle están instaladas la mayorías de las torres, excepto una parte después de la tercera estación donde hay que hacer movimiento de cables de alta tensión.

El pago

Aunque más tarde de lo acordado, algunos propietarios de viviendas y locales ya recibieron el pago de sus bienes, pero otros todavía están a la espera, estos últimos ahora son víctima de los ladrones que aprovechan los espacios para sustraer bienes de las viviendas y establecimientos que quedan.

La historia es similar en cada uno de los afectados, pues cuentan que no estaba en sus planes vender sus propiedades y que fue por presión de la Unidad para la Readecuación de la Barquita y Entono (URBE) que se vieron obligados a “vender”.

Pedro Segura esperó desde julio el pago de sus propiedades. Por fin URBE le pagó, y ya adquirió un apartamento, pero el tiempo de espera le costó casi RD$60,000 por variación de la tasa de interés aplicada en dólares por el banco que le financia su nueva vivienda.

“Yo no había pasado por unos momentos tan abrumadores, tortuosos como estos, porque la destrucción no solamente es la molestia del golpeteo de las macetas en el oído, sino que también el polvo que levanta y tiene efectos en la vía respiratoria”, dijo.

Poco a poco recoge sus ajuares y espera abandonar lo que fue su casa a más tardar el sábado. Ya parte de la edificación está siendo derribada. Otros vecinos hace un mes que se fueron, y sus casas son un depósito de amasijos de varillas y cemento.

Pero quedan otros como la Iglesia Asamblea de Dios Lugar Santísimo y como explica su pastor Julio Falcón, la mayoría de sus vecinos ya se mudaron. Cuenta que desde hace seis meses llegaron a un acuerdo con URBE, pero que no ha habido comunicación y no se les informa cuando les pagarán su propiedad para hacer los planes de mudanza.

Estamos esperando por ellos porque nos tienen en incertidumbre, todo está alrededor ya derribado eso nos pone a expensa de que el ladrón se nos meta tenemos vigilancia aquí en el templo permanente porque la gente se lleva todo, mucha incertidumbre porque a la hora que salgamos de aquí tenemos que buscar donde mudarnos y sin dinero no se puede”, indicó.

Indicó que algunas negociaciones que han hecho para instalar la iglesia en otro lugar “se han caído” porque no tienen dinero y sus propietarios no pueden esperar.