Estrellas Orientales 2025-26: una apuesta ambiciosa que no encontró el resultado
Una agresiva apuesta gerencial y de agencia libre no bastó para sostener el rendimiento en el terreno y las Estrellas Orientales quedaron fuera de la clasificación en la temporada 2025-26.
La temporada 2025-26 de las Estrellas Orientales dejó más preguntas que respuestas. El conjunto de San Pedro de Macorís quedó fuera de la clasificación tras cerrar la serie regular con marca de 22 victorias y 28 derrotas, un desenlace que contrastó de manera directa con el optimismo generado en la temporada muerta y con el prometedor inicio de campaña, en el que enlazaron cuatro triunfos consecutivos.
A partir de ahí, los verdes cayeron en una racha de ocho derrotas consecutivas, que colocó su récord en 4-8, y luego no pudieron levantar cabeza, pese a que un triunfo ante el Escogido en la última fecha de la serie regular les habría asegurado un puesto en la ronda semifinal.
El proceso comenzó con una transformación gerencial profunda, encabezada por la llegada de Ángel Ovalles, designado como vicepresidente de operaciones de béisbol, luego de cumplir funciones similares con las Águilas Cibaeñas.
Ovalles asumió de inmediato las funciones operativas del club, con la misión clara de conducirlo hacia su cuarto campeonato histórico, el primero desde 2019, y de dejar atrás las tres visitas consecutivas sin éxito a las finales entre 2022 y 2024.
Al revisar las estadísticas colectivas del conjunto, se observa que el desempeño ofensivo fue aceptable, al terminar primeros en hits conectados (442), segundos en promedio de bateo (.258) y segundos en OPS (.717). Sin embargo, esa producción no se tradujo de manera eficiente en anotación de carreras: finalizaron cuartos en carreras anotadas (234) y quintos en carreras remolcadas (200).
El corrido de bases tampoco fue un punto fuerte, ya que terminaron últimos en robos (47) y fueron sorprendidos en intento de estafa en 19 ocasiones, la tercera mayor cantidad de la liga.
El pitcheo, por su parte, estuvo entre los más inconsistentes del circuito. Aunque poncharon 413 bateadores, para concluir segundos en la liga, el cuerpo monticular registró la peor efectividad colectiva (4.56) y también el WHIP más alto (1.39).
El bullpen no respondió en situaciones de cierre: apenas sumaron siete salvamentos, para el quinto lugar, y fueron segundos en oportunidades de rescate desperdiciadas (14). Además, terminaron últimos con 35 holds o preservas de ventaja.
Una temporada muerta de alto perfil
Bajo la nueva dirección, las Estrellas protagonizaron una de las temporadas muertas más activas del circuito, siendo señaladas como el equipo más agresivo en el mercado de la agencia libre.
Llegaron por esa vía los lanzadores Esmil Rogers, Enny Romero, Domingo Tapia, Marcos Diplán, Ángel Rondón, Pedro Strop y Jhan Mariñez, así como los jugadores Francisco Peña, Steven Moya, Yefry Pérez y Adalberto Mondesí. Mientras que los lanzadores Luis Ortiz y Hancel Rincón arribaron mediante cambios.
El club también retuvo los servicios de los lanzadores Neftalí Féliz, Román Méndez y Óscar de la Cruz, además del jardinero Magneuris Sierra, el receptor Wilín Rosario y el capitán del equipo, el infielder Robinson Canó.
La estrategia apuntó a reforzar áreas clave del roster con jugadores de experiencia en la liga, mayor profundidad en el pitcheo y piezas con historial probado de producción ofensiva, enviando el mensaje de que el objetivo inmediato era competir por el campeonato, y no iniciar un proceso a largo plazo.
Esa inversión de capital deportivo elevó las expectativas tanto a nivel interno como externo. La narrativa alrededor del equipo giró en torno a una posible temporada de reivindicación, respaldada por una gerencia con reputación de estructurar plantillas competitivas y con amplio conocimiento del mercado local.
Los importados Ismael Munguía, Patrick Weigel y Josh Lester se mantuvieron con el equipo desde el Día Inaugural hasta el último partido de la franquicia, algo poco habitual en el pasado reciente de la pelota invernal dominicana, lo que evidenció un plan sostenido con esas piezas.
Del arranque ideal al desgaste competitivo
El inicio no pudo ser mejor. Las Estrellas arrancaron la campaña con cuatro victorias consecutivas, mostrando cohesión, buen desempeño del pitcheo y oportunismo ofensivo. Sin embargo, conforme avanzó el calendario, el equipo perdió consistencia.
Las rachas negativas, la irregularidad en ambos lados del juego y la falta de continuidad en momentos clave comenzaron a pasar factura en una tabla de posiciones cada vez más apretada.
A diferencia de otros torneos recientes, el conjunto oriental no logró establecer una identidad clara que le permitiera sostenerse en la pelea durante el tramo final de la serie regular. La combinación de derrotas cerradas y oportunidades desaprovechadas terminó inclinando la balanza en su contra.
Un cierre que obliga a evaluar
Quedarse fuera del Round Robin con un récord negativo representó un golpe duro para una organización que apostó fuerte desde la oficina.
El resultado final obliga ahora a una evaluación profunda: qué funcionó, qué no, y hasta qué punto la agresividad en la agencia libre se tradujo —o no— en rendimiento sostenido dentro del terreno de juego.
- La temporada 2025-26 quedará registrada como un año de transición y expectativas incumplidas para las Estrellas Orientales. Con una estructura gerencial renovada y una base sobre la cual trabajar, el reto inmediato será convertir esa inversión y planificación en resultados concretos sobre el terreno.
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