Después de la gracia, ¿qué? (2 de 2)
Ahora que nos reintegramos a las actividades... “normales”, ¡no bajes la guardia! No lo hagas ni desde el punto de vista económico y financiero, ni desde el punto de vista del cuidado de tu salud y la de tus los tuyos al exponernos a nuestro quehacer empresarial o profesional.
Específicamente, en materia financiera, pienso que es importante que hasta que no tengamos una mejor definición de la eventual conclusión de la pandemia, es crítico que mantengas los planes de austeridad que espero hayas estado ejecutando durante los pasados meses.
Esa austeridad, llamémosla “dieta económica”, no implica el que te generes a ti mismo un alto nivel de ansiedad. Razones para preocuparnos ya tenemos demasiadas, de lo que se trata es que le asignes la prioridad debida al uso de tus ingresos y de tus ahorros. Todo extremo es negativo: No es que no gastes en diversión o lo discreción, pero, y se que me repito, insisto en que lo mantengas en su mínima expresión, por lo menos hasta nuevo aviso.
Sobre tus ingresos
Muchos hogares verán que algunos de sus generadores de ingresos perderán sus empleos o verán su nivel de ingreso disminuido de forma extrema. El hecho es tan innegable como lo es lamentable. Ante esta realidad, ¿qué hacer?
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