Reputación inmerecida

Hay objetos cuya presencia tiende a provocar inquietud

Hay objetos cuya presencia tiende a provocar inquietud. La mayoría de las personas, por ejemplo, no se sienten cómodas en una cena en la que otros invitados ponen sus pistolas sobre la mesa. Y tampoco están tranquilas en la presencia de un cartucho de dinamita o de una bomba, aunque se les diga que han sido desactivados.

La energía nuclear comparte esa característica. Las encuestas revelan que a la generalidad de los entrevistados no les agradaría vivir en la vecindad de una planta de ese tipo, por más explicaciones que se les den acerca de la confiabilidad de sus sistemas de seguridad.

El empleo inicial de la energía atómica para fines bélicos, culminando con la destrucción de dos ciudades japonesas al final de la Segunda Guerra Mundial, la marcó como intrínsecamente peligrosa, luciendo su uso posterior para la generación de electricidad como un derivado secundario de su fin primordial. A esa mancha surgida de su origen se añaden aprensiones valederas respecto del innegable problema representado por la disposición de sus desechos, tóxicos por miles de años. A nadie le gusta tener uno de esos depósitos cerca de su casa.

Y muy extendido es el temor a que una catástrofe afecte una planta nuclear de generación de electricidad, liberando partículas radioactivas que el viento traslade a su capricho, contaminando zonas cercanas o alejadas de las instalaciones afectadas. La radiación, por ser invisible y letal, es un enemigo que despierta fuertes reacciones psicológicas.

Los defensores de la energía nuclear describen esas actitudes como injustificadas. Apuntan que entre todos los eventos ocurridos, sólo el de Chernóbil causó víctimas mortales, y ése no fue un accidente sino un ejercicio deliberado que errores humanos convirtieron en desastre. Y añaden que la contaminación derivada del petróleo y el carbón, que el uso de la energía nuclear puede reducir, provoca decenas de miles de muertes cada año y amenaza la subsistencia del planeta y la humanidad.

Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.