Cometí un tarjeticidio

Utilizar la tarjeta tiene varias acepciones, esta es nueva para mí. ¿Será asesinarla por completo?

Antes de actuar, pregúntate: ¿qué pasaría si no me compro esto hoy? (Shutterstock)

Hace unos días en una conferencia explicaba los usos de la tarjeta de crédito. Una participante me explicó que una amiga (Rossmery Toribio) dice: “Cometí un tarjeticidio”. Palabra muy bien formada. Cidio: sufijo que significa acción de matar.

A continuación detallo las formas de utilizar la amiga plástica. En una le sacamos provecho, en las otras me quedan mis dudas de la astucia con que se usa.

Pagar con tarjeta. Una forma sencilla de utilización. Como medio de pago, nunca de financiamiento. Al referirnos así a la transacción ya sabemos lo que sucederá. Por lo general nos damos cuenta que compramos o pagamos algún servicio necesario... como los análisis del laboratorio. El programa de fidelidad nos premia y con los puntos acumulados conseguimos un retorno que nos sirve para hacer más compras u obtenemos regalos. Cuando pensamos en el día de pago no nos da dolor de cabeza, sabemos que el dinero está para hacerle frente al compromiso asumido.

• Tarjetazo I. Desde que esta palabra aparece en la mente podemos vislumbrar problemas en el horizonte. La primera forma de utilizarla es: “Voy a dar un tarjetazo”. O peor, cuando ya es en pasado. Esta palabra puede ser una gran amiga, cuando aparece podemos evitar lo que pasará. Es que por lo general lo que vamos a adquirir no es importante, y mucho menos urgente. No es que no lo compre, la idea es esperar a tener la forma de pagar para no estresarnos al momento del corte de la tarjeta. Esta frase suele venir generada por un pensamiento inconsciente: “Yo busco la forma de pagar la tarjeta”.

• Tarjetazo II. Con frecuencia es una gran compra, muy emocional... una decisión del momento; de la que pasaremos mucho tiempo arrepentidos. La frase utilizada es: “Cerré los ojos y di un tarjetazo”. Casi siempre sabemos que no podremos pagar al corte de la tarjeta. Estamos seguros que un financiamiento es la salvación. Sin pensar mucho lo caro que es financiarse con la tarjeta de crédito. Un vendedor con una frase mortal nos lleva a este comportamiento: “Usted se lo merece”. Una vez nuestro centro de las recompensas se activa es muy difícil que nuestra amiga plástica quede guardada.

• El tarjeticidio. Cuarta etapa del uso de la amiga rectangular. Cuando ya no le cabe más a esa compañera. O la suma de las demás hace evidente que para poder seguir adelante solo nos queda la vía del “pago mínimo”. O quizá sabemos que será una de las últimas veces que la utilizaremos, porque quedará copada y solo abonaremos para que no nos lleven al peor de los lugares crediticios. El tarjeticidio es el gran responsable de grandes deudas, porque con él inicia una rueda sin fin... caemos en las consolidaciones. Le siguen los siguientes tarjeticidios y consolidaciones.

Si ya tiene deudas de tarjeta le recomiendo consolidar las deudas, pero también cambiar el comportamiento de compras que le llevó a dónde está.

Evitar los últimos tres estadios explicados es vital. Es útil hacerse la siguiente pregunta antes de desdoblar la cartera para sacar la tarjeta: “¿Qué pasaría si no me compro esto hoy?” La respuesta casi siempre es: “nada”. Programe la compra para cuando realmente se lo merezca. Sí, si no tiene el dinero para pagar la tarjeta aún no se lo merece.

Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.