Aníbal: me uno a tu protesta
Una defensa de la independencia judicial frente a las oleadas de enfado ciudadano
En la edición del periódico Diario Libre del lunes 15 de diciembre de 2025, en la columna de su director, Aníbal de Castro, titulada ADC – Antes de comenzar, fue publicado un artículo titulado “Yo también protesto”, en el cual su autor reflexiona sobre la protesta que tuvo lugar el domingo 14 de diciembre del año en curso frente al Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, mientras se esperaba la decisión sobre la solicitud de medida de coerción de los imputados en el denominado caso Senasa. En su razonamiento, el director de este diario cuestiona la jornada de protesta, esgrimiendo como argumento que quienes protestaban lo hacían con el propósito de presionar a la justicia, pretendiendo coartar su independencia.
Al concluir la lectura de “Yo también protesto”, mi reacción fue la de un abogado cuando coincide con un planteamiento formulado por otro colega: adherirme. Porque, tal y como sostiene su autor, estos movimientos, cuando son bien intencionados, buscan generar un ambiente hostil para obligar a la justicia a decidir en el sentido que demandan los manifestantes, lo que ciertamente lacera la independencia judicial en una dimensión definida por el decano de la Universidad de Yale, Owen Fiss, como política, toda vez que la justicia debe actuar con independencia de las instituciones y de la gente en general. En efecto, el contenido de las afirmaciones del profesor Fiss es el siguiente:
“Una tercera forma de independencia, la más difícil de entender y la que resulta central, pues tiene implicaciones más profundas para la protección de los derechos humanos, se refiere a lo que llamaré ‘aislamiento político’. Esta requiere que los jueces sean independientes de las instituciones políticas y de la gente en general… La necesidad de que los jueces permanezcan aislados políticamente deriva de la propia naturaleza de la función judicial y de la obligación de los jueces de decidir qué es lo justo, no de elegir la mejor política pública o el curso de acción que mejor se condiga con lo deseado por la gente. La búsqueda de la justicia depende de la posibilidad de escuchar argumentos y de dar las necesarias justificaciones, que deben ser libres de toda forma de influencia política”.
(Owen Fiss, Los mandatos de la justicia, p. 39)
El proceder de los manifestantes pierde de vista que, como afirmara Jürgen Habermas, su oleada de enfado no aclara las cosas. Además, es necesario tener siempre presente el memorable señalamiento formulado por John Rawls en su celebrada obra Teoría de la justicia: “Los derechos asegurados por la justicia no están sujetos a regateos políticos ni al cálculo de intereses sociales”.
Por todas estas razones me uno a la protesta de Aníbal, porque lo contrario podría terminar erosionando la conciencia ciudadana respecto de las normas y provocar que la justicia sea percibida como una indebida función de gobierno, y no como una función de garantía.