La fusión y el 4%

¿Falta consenso o falta autocrítica?

Hace meses que las universidades privadas mostraban su preocupación por la fusión del Minerd y el Mescyt. Desconocían qué se estaba preparando y la opacidad del proceso les alertaba sobre un resultado que, sospechaban, castraría la educación superior. El Foro Socioeducativo y el Colectivo Pacto Educativo critican severamente el fondo y la forma.

La ADP, por descontado, se opone. Al sindicato se le escucha con educación democrática asumiendo que, por default, cualquier ejercicio de ahorro le despierta la alergia crónica a revisarse.

Un único ministerio para todas las etapas educativas no es un invento descabellado. Funciona en muchos países y evita duplicidades administrativas obvias. (No olvidar que la UASD es república independiente.) Pero dado el estado del paciente cualquier tratamiento debe tomarse con extremo cuidado porque el remedio puede ser peor que la enfermedad. Todos piden diálogo, participación, consenso. Pero… ¿es que queda algo por analizar? Nadie hace autocrítica y el contribuyente exige más resultados y menos seminarios, índices o estudios

Las universidades creen (con razón) que sus investigaciones no deben depender de un ministro omnipotente de turno. Los incumbentes de la educación preuniversitaria temen que el 4%  peligre.  Pero es que… ¡el 4% no ha funcionado! Los avances que se presentan son materiales (obras, sueldos, comida), nadie constata una mejora académica. Informes de las entidades privadas que lo defienden (porque además se benefician de esa partida del erario) reflejan que la calidad educativa es mala.

Miles de millones de dólares después queremos impulsar las asignaturas STEM y formar en “competencias” a estudiantes… que no entienden lo que leen. En el camino hemos dejado atrás a cientos de miles de estudiantes a los que sermoneamos con que la educación les cambiará la vida mientras les damos un producto que cuesta el 4% del PIB pero no funciona. No; la sociedad no va a desempolvar las sombrillas.

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.