Apostar a una estrategia coherente

Los que piensen que van a ganar las elecciones pautadas para el 2020 apostando a las peleas internas del Partido de la Liberación Dominicana, mejor que vayan pensando en otra cosa.

Como ocurre cada vez que se presenta una ocasión, el PLD escurre el bulto del problema, le da largas, y ofrece una lección de unidad, que puede ser todo lo fingida que nos parezca, pero que al menos, es una gran obra de “artitismo” político o de hipocresía electoral.

Lo que los opositores al partido morado no parecen ver es que nada une más a un grupo que el peligro de perder lo que tienen, o el de caer preso. El primero afecta a todas las bases del partido que “vivían en chancletas” y ahora son funcionarios y, en algunos casos, potentados gracias a la política. El segundo, afecta a una elite partidaria que ha cometido todos los pecados y que tiene que seguir, como en la anécdota de Lilís, montado en el tigre, porque si no, la fiera se la come.

Lo que esto quiere decir es que para la oposición política tener oportunidad de ganar una o las dos elecciones del 2020, tiene que trillar camino propio, olvidarse de los problemas reales o supuestos del PLD, llevar candidatos potables en las comunidades y en las boletas nacionales y presentar al electorado un programa creíble.

Al antiguo PRD, cuando encarnaba la oposición a Joaquín Balaguer, y al actual PRM, que encarna la oposición al PLD, les ha pasado como el cuento del bizco de Bosch que era perseguido por un toro y que por su problema vio dos ventanas y “se metió por la ventana que no era y lo cachó el toro que sí era”. Estudien al rival, pero peleen de acuerdo a una estrategia propia.