Santiago Hazim: Auténtica representación de «El hombre light»

Cómo identificar al hombre light en el entorno dominicano

Hedonismo y permisividad, las dos señas de identidad del hombre light. (generada con IA)

¿Conoce usted, amigo lector, los rasgos caracterizadores del hombre light? ¿Conoce usted el perfil psicológico de este nuevo personaje, típico de la postmodernidad?

Parodiando   o citando a nuestro Poeta Nacional, Pedro Mir, habría que responder: «No lo busque, no pregunte por él... Siga el rastro goteante por el mapa dominicano, y usted lo encontrará vestido de todos los colores y hasta con saco y corbata…». Entre otros, en primera fila aparecerá el Dr. Santiago Hazim.

Y es que si como bien afirma el escritor Enrique Rojas, el light es un ser moralmente vacío, el exjefe de Senasa constituye entonces la más auténtica muestra representativa de este siniestro ente posmoderno. Una buena parte de los rasgos que configuran el perfil que a continuación nos permitimos presentar, así parece confirmarlo :

El Dr. Enrique Rojas (1949), afamado investigador, ensayista y siquiatra español, lo describe en forma magistral en su libro “El hombre light” (1996)

El hombre light, al decir del citado autor, emerge en sociedades moralmente enfermas. Entre ese individuo y los llamados productos light no existen diferencias algunas. Así como estos productos carecen de grasa, alcohol, azúcar, caloría, glucosa, cafeína, nicotina y otros elementos esenciales, el light es un ente que carece por completo de sustancia, principios, contenido, ideales y valores. Se trata de un ser, hombre o mujer, sumamente superficial“entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo ilimitado y sin restricciones” (pág.11), un individuo “relativamente bien informado, pero con escasa educación humana” (pág. 13) Un ser frío que no cree en casi nada y cuyas opiniones cambian rápidamente y se ha apartado de los valores trascendentes.

Plantea Rojas que este hombre carece de referentes. En su mundo interior posee un profundo vacío existencial, y no es feliz aun cuando tenga todas sus necesidades materiales resueltas. Su condición de persona light, lo transforma en un sujeto insustancial, indiferente, consumista, falso, hipócrita, materialista, simulador y dueño de una conducta desprovista de sólidos principios.

Apunta el reputado profesional de la conducta, que al hombre light “Todo le interesa, pero a nivel superficial; no es capaz de hacer la síntesis de aquello que percibe, y, en consecuencia, se ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo. Que lo acepta todo, pero que carece de unos criterios sólidos en su conducta. Todo se torna en él etéreo, leve, volátil, banal, permisivo…”(pág.14)

El hedonismo y la permisividad, según Rojas, constituyen las dos notas distintivas del comportamiento light.

A la persona light nada le atormenta. Nada le preocupa. Nada le quita el sueño. Siempre que logre sus propósitos, para él el mundo está perfecto. Es un ser eminentemente ataráxico, hedonista y aséptico, en cuyo cerebro brillan por su ausencia valores como la vergüenza, la pasión, el sentimiento de culpa, la solidaridad, la lealtad, la sinceridad, la seriedad y la responsabilidad, entre otros.

« Estamos – subraya Enrique Rojas en la era del plástico, el nuevo signo de los tiempos» (p.17). Era en la que «el ideal aséptico es la nueva utopía» (p.16)

Y así es.

Como afirma el citado escritor madrileño, en nuestras cotidianas relaciones interpersonales estamos rodeados de personas plásticas, frívolas, livianas, fofas y acomodaticias. De seres descomprometidos o desvinculados de casi todo lo que los rodea. De seres con un ansia desmedida de protagonismo, cuyo propósito fundamental es despertar admiración y envidia. Seres para quien el protagonismo ajeno poco importa y hasta cierto grado le asquea, apelando, en tal virtud, a todos los recursos para opacarlo.

En términos generales, el hombre light se caracteriza porque es un ser:

a)  Hedonista: el placer para él está por encima de todo.

b) Débil de pensamiento: sus convicciones carecen de firmeza y sus opiniones cambian con facilidad.

c) Ideológicamente pragmatista.

d) Plástico o superficial

e) Frío, indiferente o neutral: se resiste a asumir compromisos.

f) Carente de valores y /o principios trascendentes.

g) Ciegamente aferrado a lo que está de moda o vigente socialmente.

h) Moralmente vacío.

i)  Individualista y materialista: débil concepto de la solidaridad y colaboración humanas.

¿Dónde encontrar a este tipo de persona?

Sencillamente mire a su alrededor, observe con detenimiento, y ahí usted encontrará no sólo uno, sino decenas de estos inauténticos, plásticos y muchas veces ponzoñosos personajes.  O, si le parece mejor, quizás sea preferible, debo repetirlo, que:

 «No lo busque, no pregunte por él... Siga el rastro goteante por el mapa dominicano, y usted lo encontrará vestido de todos los colores y hasta con saco y corbata…».

El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com