La JCE brilla fuera y aquí palo con ella

Esa fea peculiaridad del quehacer dominicano

La anterior Junta se regodeaba y compartía los reconocimientos que le hacían en el exterior, y era tan generosa que diversos países de América Latina mejoraron su logística electoral gracia a su asesoría y préstamo de personal.

Esa buena fama corrió mucho y República Dominicana fue escogida para presidir la entidad que agrupa a los organismos electorales de todo el mundo. Un fenómeno a todas luces inexplicable, ya que la Junta era a los fines del país como se dice de ciertas personas: luz en la calle, sombra en la casa.

Cría fama y échate a dormir, es lo que se dice. La Junta no se duerme y su fama crece, y ya no solo se destaca ella, sino que su eficiencia y buena suerte contagia.

El pasado domingo hubo elecciones en Ecuador, y la consulta fue monitoreada por cuatro misiones de observación: Unasur, OEA, Uniore y A-Web, sobresaliendo en tres de ellas los dominicanos, como si fuera el Clásico Mundial de Béisbol. Leonel Fernández encabezó OEA, Julio César Castaños A-Web y el TSE presente como Uniore.

Dominicanos sacando 100 en el extranjero y aquí quemándose con notas precarias con lo de siempre: luz en la calle, sombra en la casa.