¿Policía sin ley?

El memorándum enviado por el Director General de Investigación de la Policía Nacional a sus subordinados de que cumplan la ley de tránsito, sería innecesario en cualquier país civilizado donde se cumplan las normas de obediencia obligatoria, menos aquí.

La circular, que busca evitar choques con los agentes de la Autoridad Metropolitana de Transporte, en cualquier circunstancia debiera tomarse como una afrenta para la propia Policía porque es una demostración palpable de que esa institución, garante de la ley y el orden, no cumple con las normas que debe aplicar a todos los ciudadanos.

No se puede objetar la buena intención del comandante que consciente del problema emite la instrucción para ser cumplida por sus subalternos. Lo que es objetable es que sea práctica de agentes de la Policía conducir “vehículos sin estar provistos de sus licencias de conducir, seguro, matrículas y quienes conduzcan motocicletas deben tener puesto el caso protector”.

Nos alegra que se trate de poner orden en ese cuerpo. Lamentamos que sea la Policía la que ignore el cumplimiento de la ley.