Las redadas permanentes

Como medida coyuntural disuasiva ante un repunte de la delincuencia, están justificadas las redadas que montan patrullas mixtas de guardias y policías, pero las autoridades deben cuidarse de no abusar de ese recurso. Organismos que velan por la vigencia de los derechos humanos, entre ellos la Comisión Interamericana, son reiterativos en sus informes de que este tipo de medidas solo pueden dar seguridad transitoria, pero que a su vez estimulan la arbitrariedad. Es que las redadas en sí lo que hacen es violentar derechos humanos básicos de amplios sectores de la población, y representan la antítesis de la existencia de un verdadero Estado de Derecho. Además de que reeditan y dan vigencia a la dañina práctica del macuteo.