EE.UU. acusa a cinco personas de espiar para China y acosar a disidentes

Las autoridades estadounidenses acusaron este miércoles a cinco personas de trabajar para la Policía secreta china espiando y acosando a ciudadanos chinos residentes en Estados Unidos y críticos con el Gobierno de Pekín.

Los sospechosos están imputados en tres casos separados impulsados por la Fiscalía del Distrito de Brooklyn y han resultado por ahora en tres arrestos en Nueva York, mientras que dos de los acusados -residentes en China- no han sido capturados.

Todos ellos, según los fiscales, participaron en conspiraciones para perjudicar a ciudadanos chinos que viven en EE.UU. y "cuyas posturas y acciones políticas no gustan" al Gobierno chino.

En uno de los casos, uno de los imputados está acusado de tratar de frenar la candidatura al Congreso estadounidense de uno de los estudiantes que lideraron en 1989 las protestas de la plaza de Tiananmen y que luego se instaló en Estados Unidos y sirvió en su ejército.

Según la acusación, el hombre contrató a un detective privado para que buscase información que pudiese perjudicar al candidato y, de no encontrarla, fabricarla o incluso atacarle físicamente.

En otro caso, tres de los acusados supuestamente planearon destruir piezas de un artista chino residente en Los Ángeles y crítico con Pekín, e instalaron equipamiento para espiarle.

A otro de los hombres, mientras, se le acusa de utilizar sus contactos en la comunidad china de Nueva York para recopilar información sobre activistas y disidentes y trasladarla al Gobierno.

En un comunicado, los responsables de la investigación subrayaron que estos casos muestran lo lejos que las autoridades chinas están dispuestas a ir para "atacar el estado de derecho y la libertad" en Estados Unidos.

"Estados Unidos no va a tolerar acciones descaradamente ilegales contra residentes estadounidenses, en suelo estadounidense, que minan nuestros valiosos valores y derechos", señaló el fiscal federal Breon Peace.

Washington ha puesto en marcha recientemente una nueva estrategia judicial con la que pretende neutralizar la supuesta amenaza de Gobiernos extranjeros y que ha sustituido a una creada durante la Administración de Donald Trump , centrada específicamente en el espionaje chino y que había sido criticada por fomentar prejuicios contra ciudadanos de ese país.