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Teletrabajo, tareas del hogar, clases y niños en casa, ¿cómo lo llevamos?

El mundo ha tenido que adaptarse a una nueva mecánica a raíz de la cuarentena y los padres se han convertido en los superhéroes en todo este proceso

Algunos padres han preparado todo un calendario de actividades que dividen las responsabilidades laborales, del hogar y, por supuesto, la educativa; otros dejan fluir las cosas según vayan sucediendo, ya que la cuarentena no ha representado un cambio significativo en la dinámica del hogar.

Pero en lo que coinciden todas las familias del país y del mundo es en que han tenido que adaptarse a una nueva mecánica a raíz de la cuarentena impuesta para evitar la propagación del coronavirus, buscando los medios y poniendo a prueba cada día su capacidad para enfrentar la crisis. Por eso, cuatro madres y un padre comparten cómo ha sido su experiencia y qué han hecho para superar esta prueba en familia.

Luz Leonor (madre de tres niños)

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Infografía

Nuestro hijo mayor está llevando las tareas y actividades a través de la plataforma de Google de Classroom; esto ha sido fácil, no ha necesitado mucho apoyo de nuestra parte, pero con los más pequeños sí hemos tenido que hacer algunos ajustes, porque los ellos no estaban acostumbrados a hacer clases en casa.

En lo laboral ha variado un poco, soy cosmetóloga y representante de productos del hogar, entonces aunque desde antes trabajaba desde el hogar ahora ha variado la forma de entregar los productos, hemos tenido que utilizar otras herramientas para hacer las entregas.

El cambio que hemos tenido que hacer para continuar trabajando ha sido muy retador, porque hemos tenido que cambiar la logística completa y tomar las medidas de precaución. Y en ocasiones es complejo explicarles a los clientes y pedirles paciencia en una situación como las actuales, porque ellos necesitan sus productos inmediatamente y lo entendemos, pero al haber tanta demanda se hace casi imposible poder cumplirles a todos a tiempo, pero estamos trabajando fuerte para hacerlo y gracia a Dios hemos salido adelante.

En la parte del hogar, hemos incluido a los niños, por ejemplo mi hijo mayor que tiene 14 años, lo único que hacía era tender su cama, pero ya lo estoy incluyendo en otra cosas como fregar y demás. Y eso ha sido positivo. Creo que con esto estamos creando en él un compromiso de que tenemos que apoyar y que al final somos un equipo y si tú lo haces tú parte otro tendrá que hacerla e irá más forzado.

Al inicio intentamos hacer un horario con los niños, pero no nos funcionó. Pero estar en casa nos ha hecho hacer muchas cosas juntos, desde ver películas hasta armar casitas en el balcón y entrarnos todos ahí.

Algo distinto es que nos estamos acostando tarde, despertando tarde, pero si tratamos en el día de dividir el tiempo de los niños entre: jugar, hacer tareas, ver algún programa en la tablet y en la noche ver algo como familia.

La comida, eso ha sido otro reto para mi, porque a pesar de que tengo muchos años casada, yo no sabía cocinar casi nada, o sea me ha tocado aprender. Y eso es llamando a mi mamá, a mi suegra, a mis amigas por vídeo, a todo el mundo, para que me orienten, en esa parte y de verdad ha sido muy divertido. Aunque es más fácil de lo que me imaginaba, la cocina es un arte y un talento que yo no tengo, pero le echamos ganas y algo sale”.

Martha Díaz (madre de tres niños)

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Infografía

“Estamos viviendo una experiencia nueva, al principio un poco complicada intentando entender y manejar 3 plataformas educativas para poder dar seguimiento al trabajo de cada uno de mis 3 hijos.

Los primeros días me fue imposible combinar el seguimiento a las clases de los niños con los quehaceres de la casa, sobre todo con la cocina porque no podemos dejar de comer. Me enojaba mucho porque no sabía cómo podía hacerlo todo y peleaba con los niños. Luego entendí que esto también era difícil para ellos y que yo tenía que buscar la mejor forma de sobrellevar la situación.

En casa tenemos una sola computadora para los niños trabajar, traje la mía del trabajo para trabajar en casa y prestársela a los niños para que pudieran turnarse. Cada niño debe arreglar su cama, bañarse y desayunar antes de entrar a la aplicación del colegio.

Gracias a Dios los dos niños más grandes, de 14 y 12 años, han ido haciendo sus obligaciones sin necesidad de mucha supervisión, pero al pequeño de 10 años debo supervisarlo continuamente porque si no lo hago se distrae con cualquier cosa, además de que debo explicarle cada clase.

Lo más complicado para mí ha sido combinar las clases virtuales con la cocina, a veces me dan las 3 de la tarde sin empezar a cocinar y sin desayunarme. Como estamos comiendo tarde, la cena regularmente es a las 9 o 9:30 pm y, después de cenar, es que tengo un poco de respiro para sentarme, ver un poco de televisión, hablar con mi familia y amigos.

Por otro lado, esto ha servido para integrar la familia a las labores del hogar. Mi esposo, aunque trabaja desde la casa, a la hora de cocinar se mete en la cocina y me ayuda bastante. Los niños se turnan para fregar y ayudar con otras tareas del hogar, por supuesto no quieren hacerlo, pero lo hacen.

También este tiempo nos ha permitido orar juntos para pedirle a Dios que finalice esta pandemia. Los domingos vemos la misa del Papa Francisco con la debida atención, como si estuviéramos en la iglesia.

De lunes a viernes, a las 5:00 pm, paramos lo que estemos haciendo y salimos a correr en nuestra calle por la que no pasa nadie y no corremos el riesgo de contagiarnos. Tenemos una rutina de ejercicio para los 5 miembros de la familia.

Los sábados, cada miembro de la familia tiene una actividad de limpieza asignada y nos dividimos para barrer, trapear, sacar basura, fregar, despolvar y lavar la ropa, por supuesto, calentando una pizza que tenemos congelada para este día”.

Lenin Ramírez (padre de dos niñas)

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“En casa es un tema complicado, tratamos de hacer que las niñas hagan sus deberes diarios; primero, al levantarse, que se aseen y desayunen, luego hacer las tareas que les asignan sus profesoras, extra a eso trato de que hagan al menos 30 minutos de ejercicio, puede ser zumba o baile, normalmente los buscamos en YouTube.

Todo eso dentro de lo posible porque siempre es un tema. La rutina varía de vez en cuando por temas de trabajo. Nosotros tenemos una empresa y estamos trabajando con lo que es posible desde casa y en ocasiones no controlamos el tiempo que tenemos que trabajar.

Por lo general a las niñas les dejo usar la tablet al menos dos horas al día.

Para nosotros ha sido muy diferente todo, porque por lo general pasábamos todo el día fuera y regresábamos a casa siempre en la noche. En cuanto al trabajo en casa el tema se complica porque ellas, siempre que estamos trabajando, se antojan de saber qué estamos haciendo o necesitan que las ayudemos con algo o quieren comer las 24 horas.

Lo más difícil ha sido llevar el negocio, y que las niñas siempre necesitan algo, pero aparte de eso es un tiempo que como familia ha sido bonito.

Con respecto a las responsabilidades del hogar, generalmente mi esposa se encarga de la mayoría, yo saco la basura, limpio abanicos, lavo el baño y soy quien sale de casa cuando necesitamos algo. Las niñas de vez en cuando las ponemos a hacer sus desayunos y recoger sus juguetes y todo lo que rieguen”.

Cristina Santana (madre de dos niñas)

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“Ahora tengo que dividirme para cumplir mis compromisos laborales y atenderlos a ellos. Les puedo decir que ha sido imposible poder implementar un horario de actividades, de verdad que admiro a aquellos padres que lo han logrado; niños al fin y al cabo se aburren de los mismos juegos y solo preguntan “mami cuándo se va a ir el virus, ya quiero salir” o la más pequeña, que aún no entiende nada de lo que pasa, me dice, “mami, ¿por qué no voy a mi colegio?”. Hemos tratado, dentro de nuestra posibilidad, jugar con ellos, ya sea monopolio, cartas, hacerles dibujos para que los pinten, ver películas, series, y de incentivarlos a que suelten un poco las tablets o los celulares, que es donde se entretienen la mayoría del tiempo jugando.

El ponerlos a hacer las tareas que el colegio les va enviando es otro reto, porque se distraen con facilidad, y es complicado exigirles ese nivel de concentración, además aunque sea solo una pequeña parte del día, ellos dicen “por qué tenemos que hacer tarea si estamos en la casa”, no entienden y no podemos exigirles tanto, porque si es difícil para nosotros, ¿que será para ellos?

Algo bueno es que nuestras comidas se han vuelto algo importante para nosotros en nuestros días: el desayuno, la comida y la cena, todos debemos estar en la mesa, comiendo como familia. Los baños se redujeron a uno solo en el día, al final de la tarde o antes de acostarse, y muchas veces nos pasamos el día en pijama. Mi esposo me ha ayudado bastante en todo este proceso, porque en ocasiones estoy en una reunión de trabajo y hace malabares para que los niños no hablen alto, no lloren, no peleen, que a veces es hasta imposible y tengo que trancarme en una habitación... Fuera de todo esto, la verdad que ha sido momento de vivir cada una de las ocurrencias de ellos, de reírnos por sus inventos, de jugar en familia, que a veces se nos pasaba el tiempo y no se hacía, esto ha logrado desarrollar increíblemente nuestra creatividad, y que volvamos hasta a ser niños. Hemos tenido dificultad para los horarios de dormir, pero todo lo demás ha transcurrido normal, trabajando para adaptarnos de la mejor manera para manejar estos cambios”.

Evelyn Levasseur (madre de un niño y una niña)

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“Yo estoy dando las clases de música por Zoom en su horario habitual. Pero también doy clases dos días a la semana en la mañana y me ha ido muy bien: los niños del colegio, como los puedo ver a todos en la pantalla, es bueno, yo tengo mi piano eléctrico al lado, les pongo vídeos por YouTube, todo muy digital, utilizo mi pizarrita y ellos tienen en sus casas sus libros.

Las clases han sido muy buenas a nivel de concepto. Muchos no participan igual como lo hacen en clases físicas, están medio tímidos, en cambio otros grupos han sido muy participativos.

Con respecto a mis hijos tengo la suerte de que cada uno tiene su laptop y ellos a las 7:30 de la mañana tienen que estar en sus habitaciones cada uno, conectados. Isabella y José tienen sus escritorios en su habitación y ahí tienen todas sus cosas. Ellos toman clases hasta la 1:00 o 1:10 todos los días. Pero son grandes, Isabella tiene 13 y José 14, y no tengo que estar atrás de ellos con las tareas.

Algo que he notado es que mientras estuve dando la clase a los niños de 1 a 3 años, ellos estaban acompañados de sus mamás y entiendo que es muy difícil para ellas, porque ahora tienen que acompañarlos y tomar las clases.

Yo que soy madre de niños grandes, ellos hasta ahora han recibido todas sus clases, por diferentes plataformas, y hay un grupo de WhatsApp donde se indica a los padres qué han puesto a los niños para darle un seguimiento. Aunque no todos los profesores están cara a cara con los estudiantes, los niños han estado recibiendo las clases muy bien.

Otra cosa de la cuarentena es que ellos de repente salen de su cuarto, en su recreo, y se preparan su desayuno. Yo por ejemplo he estado trabajando dando mis clases, cantando, en mis actividades y ellos salen, se hacen su desayuno y vuelven a su cuarto. Siempre estoy pendiente de lo que tienen que entregar, les pregunto y generalmente me dicen “ya lo entregué mamá”.

De lunes a sábado, estoy dando mis clases con mis estudiantes en la pantalla. Como profesora es un poquito agotador porque tengo que seguir con mis ojos y el oído que pongan el dedo correcto y todo, pero a nivel de materia bien, es menos cansón.

En el mismo momento en que a mis hijos les dan las clases yo estoy dando clases, a veces la casa se convierte en un centro de informática, pero nos la bandeamos, como dicen.

A Manuel, mi esposo, le pagan un sueldo base, pero no las comisiones por paciente. Entonces a nivel económico a nosotros nos han bajado las entradas. Él está buscando la forma de integrarse otra vez a la sala de cirugía, sin tener que tener tanto contacto con pacientes y tomando las medidas.

Otro detalle que ha llegado con la cuarentena es que ahora nos acostamos muy tarde y nos despertamos tarde yo y Manuel, porque no tengo que ir al colegio. Respecto a los quehaceres de la casa, Manuel es el encargado de la cocina (cocina, friega y mantiene esa área limpia). Yo limpio todo lo demás. El otro día como a las 10 de la noche todavía estaba limpiando la casa, generalmente me divido en las horas que tengo libre entre una clase y otra. Cuando no tengo colegio lavo la ropa. Los niños tienden su cama y en ocasiones los he puesto a barrer la casa”.

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Periodista, creadora de contenido y emprendedora. Amo bailar, viajar y comer. Me apasiona escribir sobre temas que empoderen y motiven a la gente, entre estos: viajes, bienestar y sexo.