Tragedias dejan hogares vacíos y un diciembre marcado por el duelo

Diciembre avanza entre evacuaciones, luto y pérdidas que obligan a enfrentar las fiestas desde el dolor y la incertidumbre

Apartamento donde se originó la explosión en la torre Intempo en Villa Marina, Ditrito Nacional (SAMIR DOMINICY)

Mientras en muchos hogares se afinan los preparativos para la cena de Nochebuena, se colocan luces y se planifican encuentros familiares, para otros la Navidad llega envuelta en silencio y pérdida, en un diciembre que no olerá a comida recién hecha ni a villancicos, sino a escombros y despedidas forzadas.

Unas 22 familias que residían en la torre Intempo, en el sector Villa Marina, se quedaron sin hogar tras verse obligadas a abandonar sus apartamentos por una explosión ocurrida en la edificación, presuntamente provocada por una fuga de gas en un segundo piso.

“Es difícil para nosotros. Pasaremos una Navidad austera, sin fiesta, porque tenemos que invertir en reacondicionar el edificio, que costó mucho sacrificio conseguir. Agradecemos a Dios estar vivos, pero no es fácil”, manifestó un vecino que prefirió no identificarse, al atribuir el hecho a la negligencia de un residente que mantenía un tanque de gas en su vivienda, pese a las normas del condominio. El siniestro dejó cinco personas lesionadas, una de las cuales murió días después.

Como si el dolor no alcanzara, el martes un incendio volvió a golpear con crudeza cuando una vivienda humilde quedó reducida a cenizas, provocando la muerte de Jeiser Jacier, un niño de cinco años que jugaba con un encendedor cuando el fuego se propagó con rapidez.

El menor intentó esconderse bajo la cama, pero no logró sobrevivir, dejando a su familia sumida en el duelo en plena temporada navideña.

Tristeza profunda

Para Marlén García, el golpe llegó antes de que diciembre comenzara. En noviembre, su casa dejó de ser refugio y se convirtió en recuerdo tras el estallido de un tanque de agua en Consuelo, San Pedro de Macorís, que destruyó por completo su vivienda.

La Navidad la encuentra hoy sin techo propio, cargando una pérdida que se arrastra desde semanas atrás. “Tengo una tristeza tan grande, esta Navidad no va a ser nada fácil… yo lo perdí todo”, confiesa Marlén García, de 53 años, con la voz entrecortada.

El impacto no fue únicamente material. A la destrucción de su hogar se suma la reciente muerte de su madre, un golpe que profundiza el dolor en estas fechas. Desde ese momento, Marlén y los suyos han enfrentado desplazamientos constantes, mientras las autoridades intentan reubicarlos de manera temporal, en medio de la incertidumbre.

Violencia y duelo

En medio de las festividades, el peso de la violencia se hace más visible en el ir y venir de personas que acuden al Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) para retirar los cuerpos de sus seres queridos.

Solo el martes, al menos seis fallecidos fueron entregados a sus parientes, mientras en las afueras del instituto decenas de personas aguardaban noticias que, en muchos casos, confirmaron lo peor.

Entre sollozos, miradas perdidas y abrazos improvisados, los allegados enfrentaban una espera marcada por la angustia. El incremento de hechos violentos ha convertido al organismoen un punto de encuentro del dolor, donde la Navidad llega acompañada de silencio, ausencias y una desolación que no da tregua.

Egresada de la Universidad Católica Santo Domingo. Apasionada por el periodismo humano, con experiencia destacada en temas políticos, culturales y de moda.