El hijo de doña Yolanda
Carlos Sánchez, el hijo de doña Yolanda, fue disruptor cuando llegó al circuito dominicano del humor. Sus monólogos rompían con los cuadros de comedia del momento.
Este jueves Sánchez fue atacado con la virulencia propia de las redes sociales, que tanto tienen de canal aglutinador y herramienta liberadora, como de vía anónima para inyectar veneno en vena.
En el escenario más propicio para la libertad de expresión, en la Plaza de la Bandera... ¡se le acusa de haber opinado! Sánchez tomó la palabra en el Trabucazo y dijo lo que pensaba. ¿Es imperdonable salirse del guión de las consignas? Y en ese contexto... ¿del guión y de las consignas de quién?
Las concentraciones en la Plaza de la Bandera han sido magníficas y han impulsado un movimiento ciudadano en ciernes que desafía directamente a la vieja política. Eso incluye al gobierno y a la oposición, a los partidos tradicionales llenos de mañas y a los llamados emergentes, con las suyas. Y a los sindicatos. Y a los lobbys empresariales. Y a los burócratas nacionales e internacionales. Y...
Carlos Sánchez dijo lo que buena parte de los ciudadanos reclama. Que no se olviden el pasado y sus protagonistas. Los que protestan lo hacen por los que están, los que estuvieron y quieren volver y los que estarán si llegan. Porque lo que se pide... es en defensa propia. Lo que se quiere vencer es la vieja política. Se anhela seguridad jurídica, institucionalidad, acabar con el modelo de la justicia manejada desde el ejecutivo. Jubilar a una clase política (de varios niveles) depredadora e impune. Carlos Sánchez dijo lo que pensaba en la Plaza de la Bandera.
Y precisamente es ahí donde se debería poder hablar libremente.
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