Dos filmes sobre problemas mentales cierran la competición de Cannes

En su 74a edición, el Festival Internacional de Cine de Cannes continúa siendo uno de los eventos más mediáticos del mundo. (fuente externa)

Dos películas muy interesantes sobre problemas mentales pero desde puntos de vista diferentes. Son “Nitram”, de Justin Kurzel, y “Les intranquilles”, de Joachim Lafosse, los dos últimos títulos proyectados en la competición del 74 Festival de Cannes, que este sábado da a conocer su palmarés.

“Nitram” se centra en el responsable de una matanza en Port Arthur (Tasmania) en 1996, con una espectacular interpretación del estadounidense Caleb Landry Jones. Y no lo es menos la del francés Damien Bonnard como un pintor que sufre un trastorno bipolar en “Les intranquilles”.

“Nitram”, la psicopatía de un asesino

En el caso de “Nitram”, Kurzel ha puesto el acento en el responsable de la matanza, un psicópata que sin control médico ni familiar entra en una imparable espiral de violencia.

“Como americano soy extremadamente sensible a las matanzas, tengo la impresión de que ocurren demasiado a menudo, no pasan muchas semanas sin que haya una”, destacó Landry Jones, que al principio tuvo miedo de que la película se centrara demasiado en el momento del tiroteo, pero al leer el guion se dio cuenta de que era justamente lo contrario.

“Les intranquille”, los límties del amor

Muy diferente es “Les intranquilles”, el filme con el que el belga Joachim Lafosse compite en Cannes y que recupera recuerdos de su infancia.

“Hace 30 años que quería realizar” el filme, explicó Lafosse en rueda de prensa. “Es una parte de la historia de mi infancia y el filme me ha hecho sentir emociones que había olvidado como adulto”, agregó.

Damien (Bonnard) es un pintor con una bipolaridad diagnosticada que se descontrola cuando deja de tomar la medicación. Su mujer, Leila (Leila Bekhti) es una restauradora de muebles que está al límite de sus fuerzas por las continuas crisis de su marido.

Una historia que pone el acento en la relación de la pareja, en cómo les afecta la enfermedad del marido.

La actriz no quería que su personaje fuera una víctima. “Hace todo por amor a su marido, si acaso es una víctima colateral”, pero no es “una visión maniquea”, muestra “la locura de lo cotidiano” y cómo el problema de su marido, de alguna manera, la contamina a ella.

El equipo ensayó durante 10 días antes del rodaje en la misma casa en la que luego se rodó, lo que hizo que cuando empezaron a rodar los actores conocieran profundamente sus personajes.

“Fue un rodaje en movimiento constante, nada estaba fijado”, precisó Bekhti, mientras que Bonnard destacó que ese proceso de preparación les permitió “no partir de una página en blanco sino reaccionar a cosas que ya existían”.

Una película que muestra cómo en un momento de la historia la protagonista solo puede ver la bipolaridad. “Es como ahora, que solo vemos el covid y hay muchos otros problemas”, señaló el director.

Y cuyo final fue decidido por los propios actores. “Fue fantástico, pero no lo pienso volver a hacer nunca porque fue muy estresante”, reconoció el director.

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