Del salón a la trituradora: Nueva York recicla árboles de Navidad para nutrir sus parques
El año pasado, la ciudad recicló más de 52,000 árboles, convirtiéndolos en mantillo para nutrir los espacios verdes de la Gran Manzana
Bajo el arco de la plaza neoyorquina de Washington Square Park luce un árbol de Navidad de 14 metros de altura lleno de luces blancas, una estampa de postal si no fuera porque a tan solo unos metros hay un cementerio de abetos y pinos apilados los unos sobre los otros con sus agujas secas esperando a ser reciclados.
"Me gusta la idea de que mi árbol de Navidad se convierta en mantillo (capa de material orgánico que se coloca sobre la superficie del suelo para mejorar la salud de las plantas). Que tenga una segunda vida", cuenta Lauren Gentry a EFE tras apilar su árbol de Navidad en el montículo.
En la ciudad de Nueva York, el compostaje de los árboles de Navidad es obligatorio, y es el Departamento de Saneamiento el encargado de recoger los árboles sin adornos y las coronas navideñas, los días de recolección semanal de compost en la acera o en los varios puntos de recogida.
No obstante, los menos cívicos optan por dejar sus árboles en las aceras cualquier día junto a las bolsas de basura, por lo que los esqueletos de los abetos quedan abandonados en la calle durante días o incluso semanas.
Mulchfest: una tradición neoyorquina
Para animar a que los neoyorquinos participen, cada año se celebra el Mulchfest (festival del mantillo), donde la gente puede ver cómo el árbol que coronó su salón durante las fiestas es triturado para convertirse en astillas de madera que se usarán para nutrir los árboles y hacer que la ciudad de Nueva York sea aún más verde.
El año pasado, la Gran Manzana consiguió reciclar 52,569 árboles.
En esta ocasión el festival se celebrará durante el fin de semana del 10 y 11 de enero.
Costos de los árboles de Navidad
El negocio de la Navidad en Nueva York
Gentry dice que normalmente espera a que pase el Año Nuevo para tirar su árbol de Navidad, pero que este año lo tuvo que desechar antes porque al volver de dos semanas de vacaciones "el árbol estaba muerto por falta de agua".
"Llegado este punto, mi árbol es básicamente leña", se lamenta la joven que compró el árbol de unos dos metros por 90 dólares en el supermercado de Whole Foods.
- Gentry recuerda que el año pasado el mismo tipo de árbol en la misma tienda le costó 75 dólares y que cuando se mudó a Greenwich Village compró su primer árbol en un puesto callejero. Pagó por él unos 200 dólares, un precio económico si se compara con los alrededor de 1.750 dólares que pueden llegar a costar los árboles más grandes y frondosos.
Esta es la cuarta vez que deja su árbol en la icónica plaza: "Vivo a un par de calles. La parte más difícil es sacarlo del apartamento y bajar las escaleras. Y luego la caminata es bastante fácil", explica Gentry, quien en esta ocasión recibió ayuda de su madre para bajar el árbol.
Muchos otros neoyorquinos optan por no ensuciarse las manos y que sea una compañía la que se encargue de la recogida del árbol.
"Nuestra compañía probablemente va a sacar unos 4,000 árboles", explica a EFE Víctor, uno de los trabajadores de NYC Trees, mientras corta con una tijera de podar las luces de un árbol antes de dejarlo en la pila de esqueletos de abetos.
"Este cliente, en concreto, pagó unos 500 dólares por el traslado del árbol a su casa, la recogida después de Navidad, que le saquemos las luces y lo llevemos a reciclar", anota César, que trabaja en la misma compañía.
Los precios varían según el tamaño del árbol y de si el cliente lo tira con luces, e incluso adornos. Según los trabajadores, la empresa ingresa unos 2 millones de dólares en 8 semanas.